El Ayuntamiento de Burujón aplica los fines de semana y festivos, desde el 11 de febrero, un precio de cinco euros por cada vehículo estacionado en las inmediaciones de las Barrancas. Tres meses después, el Consistorio ha hecho balance de esta regulación del tráfico y el acceso al monumento natural motivada por el anterior descontrol y el perjuicio medioambiental. «Hay días en que los tres operarios retiran más de una tonelada de basura», reprocha el Ayuntamiento.

El Consistorio decidió aplicar desde febrero una ordenanza aprobada en 2021 y en vigor desde enero de 2022. Solo los empadronados o naturales de Burujón están exentos del pago, una cantidad ajustada a los precios públicos recomendados por la Junta para lugares como las Barrancas de Burujón.

El Ayuntamiento defiende que el control de la entrada de coches ha generado seis puestos de trabajo a tiempo completo, como parte del plan de sostenibilidad turística de las Barrancas de Burujón, legitimado por la ordenanza de caminos sobre la potestad de la prohibición de la circulación de vehículos de motor. «El dinero recaudado sirve fundamentalmente para pagar los salarios y la seguridad social de las seis personas que allí trabajan», explica el equipo de Gobierno.

El Viernes Santo supuso el mayor registro de visitantes durante estos casi tres meses. Esa jornada, el paraje natural del Tajo recibió a más de 1.000 visitantes y unos 300 coches. Se trata de un pico dentro de la media, puesto que lo normal es que la afluencia sea de la mitad. «Los fines de semana son muy desiguales», indicaba a este diario el alcalde, Juan José Torres, quien apuntó que ayer, por ejemplo, festivo en la Comunidad de Madrid, resultó flojo de afluencia.

Los gastos de personal representan unos 10.000 euros al mes, a lo que hay que añadir los 2.500 euros que el Ayuntamiento paga por el arrendamiento anual del aparcamiento. El terreno busca cortar el acceso incontrolado de vehículos hastas el borde mismo de las cárcavas y dentro también de las fincas de cultivo colindantes.

El equipo de Gobierno paga 6.000 euros anuales por los gastos por la gestión de los residuos generados en las barrancas, además de los tres operarios que limpian cada lunes durante tres horas el entorno sin ayuda alguna de la Junta para cubrir estos gastos.

El Ayuntamiento pretende reinvertir en las propias Barrancas de Burujón el dinero sobrante de la tasa de estacionamiento. Entre las ideas, la incorporación de una visita guiada virtual que pueda ser descargada gratuitamente en el teléfono móvil. Además, el Consistorio pretende arborizar el camino que une Burujón con las barrancas para sea agradable el tránsito a pie o en bicicleta.

El Ayuntamiento registra desde febrero el número de visitantes y el origen de los turistas para, en un plazo de recuento de un año, alimentar un plan de sostenibilidad turística para el equilibrio entre la conservación del monumento y el uso turístico. «Es tarea de todos cuidarlo y conservarlo de la mejor manera posible y con los medios a nuestro alcance. Tene mos un patrimonio natural heredado que tenemos que legar a los que vienen detrás de una manera digna y en condiciones de conservación óptimas», razona el Consistorio que representa a los 1.300 vecinos.