Un estudio liderado por la Universidad de Granada ha demostrado que la hora del día a la que se hace ejercicio no influye en el efecto inmediato que este tiene sobre la presión arterial y la glucosa en sangre. Por lo tanto, los investigadores recomiendan realizar ejercicio sin mirar el reloj, en contra de lo que apuntaba hasta la fecha la escasa literatura científica existente al respecto.
En esta investigación, publicada en la revista científica Journal of Science and Medicine in Sport, ha colaborado el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada) y el Centro de Investigación Biomédica en Red, Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición de Instituto de Salud Carlos III.
Las células poseen un reloj molecular que controla los procesos metabólicos que está en constante interacción con los estímulos del exterior. Patrones del estilo de vida moderno como tener ritmos de sueño alterados, no dormir lo suficiente, trabajar y/o comer en horarios irregulares o estar expuestos a la luz artificial contribuyen a la aparición de enfermedades cardiovasculares y el ejercicio es un factor protector contra estas enfermedades. Estudios recientes sugieren que la hora del día a la que se practica puede influir en sus efectos sobre la salud. En este estudio se ha realizado una revisión sistemática y meta-análisis de la literatura con el objetivo de contribuir a optimizar los efectos del ejercicio como herramienta en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.
«El ejercicio tiene un efecto reductor de la presión arterial a corto plazo tanto en la mañana como en la tarde. También causa un aumento de la glucosa en sangre independientemente de la hora del día. Este aumento inmediato de la glucosa parece ser mayor por la mañana cuando se trata de personas con diabetes mellitus (ejercitarse a esta hora podría ser menos recomendable para ellas), aunque no se ha podido confirmar estadísticamente», explica la autora principal del trabajo, Raquel Sevilla Lorente.