El incremento de las tarifas energéticas del último año ha avivado el ingenio de los consumidores más innovadores del país que, para no perder calidad de vida en sus empresas ni en sus viviendas, se han lanzado a alternativas con costes más asumibles que les garanticen sus niveles de eficiencia confort y sostenibilidad.
En este contexto, el autoconsumo de energía mediante fuentes renovables y económicas como, por ejemplo, las placas solares de última generación se está imponiendo de forma acelerada.
De hecho, este fenómeno ha crecido en 2022 España un 108% respecto al año anterior con la instalación de 2.507 MW de sistemas de autoconsumo, es decir, el equivalente a la producción de tres grandes centrales eléctricas, y ha hecho descender la demanda eléctrica un 4,5%.
Como dato importante, según el informe anual publicado por Grupo ASE, el consumo eléctrico que distribuyen las comercializadoras del país cayó un 10% el pasado mes de marzo en las horas solares.
La mayor parte de la nueva potencia instalada corresponde, según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), al sector industrial que acaparó el 47% del total, seguido del residencial que se disparó un 32% y el comercial con un 20%.
Los expertos en este tipo de energía prevén que para este año 2023 entren en funcionamiento entre 2.500 MW y 3.000 MW nuevos en todo el territorio, una cifra idéntica a la de 2022, según la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), lo que coloca a esta fórmula como un sistema estratégico para la economía del país.
Los consumidores consideran que se trata de un método con muchas ventajas, tanto económicas como medioambientales, sobre el formato tradicional ya que les permite generar su propia electricidad con menos gasto y a partir de fuentes limpias y renovables.
El autoconsumo de energía a través de paneles solares puede ayudar también al tejido productivo a recortar significativamente sus costes energéticos. Al generar su propia electricidad, las empresas y las familias pueden reducir su dependencia de la red eléctrica.
Asimismo, a medida que los precios de la luz aumentan con el tiempo, el autoconsumo de fuentes solares puede proporcionar una reducción significativa en la factura.
En este escenario, las fuentes fotovoltaicas también mejoran la rentabilidad que requieren estas inversiones. Con una tendencia al alza de las tarifas de la luz, este sistema se convierten en un medio cada vez más rentable de ingresos para sus usuarios. En algunos casos, incluso, pueden vender el sobrante que generan en sus instalaciones a la red eléctrica y obtener unos ingresos extraordinarios.
Los economistas destacan también que los precios de la energía solar son estables y predecibles y de ahí que las cifras de inversión no dejen de crecer. En 2020, alcanzó los 9.000 millones de euros, según datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA). Del total, la fotovoltaica fue la fuente que recibió la mayor dotación, con un total de 3.500 millones.
El sector de fuentes solares en España ha experimentado una importante reducción de costes en los últimos años, lo que ha hecho que sea cada vez más competitivo y atractivo frente a otras fuentes de energía y, en especial, frente al contexto inflacionista del año pasado y de este ejercicio.
Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el coste medio de la energía fotovoltaica se situó en 2020 en 29,6 euros/MWh, un 60% menos con respecto a 2015 y muy lejos de los 300 euros que se pagaron en 2022, que tocó su máximo histórico.
Proyectos
En los últimos años, se han desarrollado importantes proyectos de energía fotovoltaica, tanto a nivel de grandes parques solares como de instalaciones en tejados y cubiertas de edificios. Algunas de las iniciativas más destacadas incluyen el parque solar Núñez de Balboa en Extremadura, que es la mayor instalación fotovoltaica de Europa con una capacidad instalada de 500 MW, y el Solara 4 en Mula (Murcia), que cuenta con 9.000 paneles solares y una capacidad instalada de 2,4 MW.
Organizaciones como Endesa, a través de su filial de redes E-distribución, cerró 2022 con 115.192 instalaciones de autoconsumo activas en su red nacional, con un potencia conjunta de 2.480 MW y, por su parte, el grupo Iberdrola, a través de su distribuidora i-DE, ha superado ya las 130.000 instalaciones de autoconsumo conectadas a la red eléctrica tras crecer más de un 200% en 2022.