Carrobles lamenta los bajos indicadores culturales de Toledo

Redacción
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La Real Academia de Bellas Artes celebró ayer la sesión inaugural del nuevo curso académico. Real Academia y Junta trabajarán en recuperar el rastro antiguo documentado de los oficios artesanos

Los nuevos académicos correspondientes recibieron sus medallas y diplomas.

La Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo celebró  a mediodía de ayer la sesión inaugural del curso 2023-2024 en el Palacio de Benacazón.. Abrió el acto su director, Jesús Carrobles, con unas palabras de bienvenida, en las que insertó cuáles serán las grandes líneas de actuación de la Academia a lo largo del nuevo curso, así como los principales retos y mayores preocupaciones de la más que centenaria institución, en relación a la defensa y conservación del patrimonio toledano.

Para Carrobles resulta «lamentable» la situación cultural de la ciudad y de la provincia, en relación con el resto de España. Entre las causas señaló el desapego hacia nuestro entorno y la falta de interés, y destacó que la ciudad tiene unos indicadores culturales muy negativos.  

Entre los objetivos está el potenciar el Patrimonio Inmaterial de la ciudad, que no posee ningún elemento declarado como tal, cuando podrían serlo el Corpus, la liturgia hispano-mozárabe o la espadería.

Otros retos son la situación del Tajo, la de los conventos y la de la Vega Baja, así como la futura celebración del VIII Centenario de la Catedral. A continuación, el secretario de la Real Academia, Miguel Ángel Dionisio Vivas, leyó la memoria del curso pasado.

Asimismo, el académico y canónigo Francisco María Fernández Jiménez leyó el discurso inaugural, titulado 'Una imagen para una catedral: la Virgen del Sagrario', en el que recorrió la historia de la imagen de la patrona de Toledo, asociada a la catedral gótica, desde los tiempos del arzobispo Jiménez de Rada hasta el día de hoy.

Por último se procedió a la entrega de los diplomas y medallas a los nuevos académicos correspondientes, recibiéndolos de manos del director y de las autoridades asistentes, Asunción Caballero Parra, María Sagrario Gómez Cantarino, Ángel Inocente Jiménez de la Cruz, Francisco Javier Lanchares Dávila, Juan Ignacio Mera González, Benito Yáñez Araque, José Luis Ocaña y Tomás García Alía, éste último acompañado de su madre, la bordadora lagarterana Pepita Alía, quien recibió el premio concedido por la Real Academia a su labor como artista y conservadora del patrimonio artesanal de la provincia.  

oficios artesanos. Al acto también acudió la directora general de Turismo, Comercio y Artesanía, Ana Isabel Fernández Samper, que avanzó que el Gobierno de Castilla-La Mancha y la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo van a trabajar de manera conjunta en la investigación y recuperación del rastro antiguo documentado de los oficios artesanos en Castilla-La Mancha, para su puesta en valor.  «El trabajo va a permitir encontrar los orígenes de algunos de los oficios ancestrales de la artesanía de nuestra región, conocer sus técnicas y ayudar a recuperar y valorar una parte importante de nuestro legado artesano», concluyó.