El 'robo' de un dintel que se quedó en casa

J.Moreno
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La pieza de granito ha vuelto al yacimiento de Hontanar después de que el dueño cambiara la ubicación por el riesgo de desplome. «No se puede tocar», incide Ventura Leblic

Ubicación del dintel el pasado 14 de febrero.

Un dintel de granito desapareció entre el 14 y el 18 de febrero en el yacimiento de 'Malamoneda', como informó ya este diario. Pero el elemento ya está de vuelta en el Bien de Interés Cultural (BIC) de Hontanar. La intención era buena, pero el susto hace recordar que se trata de un elemento patrimonial protegido.

Según explica a este diario el presidente de la Asociación Cultural Montes de Toledo, Ventura Leblic, el propietario de las ruinas desmontó el dintel por el riesgo de caída y lo llevó a otro lugar. «Hay que mentalizar a la gente de que no se puede tocar», apuntó por la declaración de BIC con la categoría de zona arqueológica.

Leblic regresó el pasado día 1 al yacimiento perteneciente al término municipal de Hontanar y se encontraba allí de nuevo el dintel de granito pero en otra ubicación. El alcalde de Hontanar, Juan Manuel Muñoz, había resuelto enseguida el paradero de la pieza de granito.

El dintel perteneció al intento malogrado de la construcción de una ermita bajo la advocación de la Virgen de Gracia, a principios del siglo XX, que devino finalmente en una labranza.

Los autores de las fotografías, que evidenciaban que la desaparición había ocurrido entre el 14 y el 18 de febrero, y el propio Leblic avisaron a los funcionarios de patrimonio de la volatilización del dintel. «Malamoneda es un BIC. No se pueden llevar el dintel», reprochaba entonces el presidente de la Asociación Cultural 'Montes de Toledo', quien denunciaba una vez más el abandono de la Torre de Malamoneda, símbolo patrimonial de los Montes de Toledo.

El paraje de Malamoneda presenta vestigios de asentamientos de la época romana, visigoda, árabe y de la reconquista. Se trataba de un importante asentamiento en la época romana, probablemente alrededor de una gran vicus (barrio o pequeña aglomeración urbana). En el asentamiento, destaca la necrópolis, compuesta de hasta un centenar de sepulcros toscamente abiertos en las rocas graníticas del valle.

Leblic insiste en que la torre precisa de una intervención urgente por el riesgo de desprendimientos de piezas, así como el castillo del yacimiento.

El yacimiento conserva estructuras inmuebles de gran importancia arqueológica, monumental e incluso artística como son la existencia de al menos dos epígrafes funerarios votivos de tipo romano, con inscripciones de sus oferentes, insculpidos en un bolo granítico. O la presencia de un torreón seccionado con matacanes de cronología medieval entre los siglo XII y XIV, a la cual pertenece una reconstrucción superior, unido a todo el despoblado aún conservado en forma de grada.