Lo conocí en el instituto y congeniamos desde el primer instante. Recordar esos años con él es evocar su risa y buen humor. Podría escribir uno de los chistes que me contó en clase de no sé qué, dándose la vuelta disimuladamente, y que me provocó un ataque de risa de esos incontrolables, que provocan dolor de barriga y alegran la vida. Es de esas personas que se hacen querer y aunque dejes de verlas las sigues queriendo. Yo siempre he hablado de él como Fernando, mi amigo.
Hoy será su último día como concejal de Cultura y Dinamización Local de su querido pueblo, Torrijos, y puedo atisbar, ligeramente, la tristeza que lo ocupa, esa tristeza honda que invade cuando tienes que alejarte de algo por lo que vienes peleando y trabajando desde hace mucho tiempo con el único interés de hacer tangible un sueño para todos sus conciudadanos.
Cuando hace ocho años supe que era edil de mi pueblo sentí muchísima alegría por él y por Torrijos; no hay mejor político que una persona honrada, trabajadora y apasionada del área que gestiona. Fernando tiene esas cualidades y muchas más.
Solo conozco una pequeña parte de sus logros pero me consta su empeño y férreo trabajo por engrandecer su pueblo, por recuperar el legado que la historia había depositado pero los años y el olvido estaban enterrando, por convertirlo en un punto indispensable a visitar en esta provincia y región. Maravilla contemplar el proceso de rehabilitación del Hospital de la Santísima Trinidad, proyecto que, me consta, es casi como otro hijo más y siente que deja huérfano, tal es su compromiso con el Patrimonio; es un preciado regalo para el pueblo su logro de que las Crónicas de Pedro I hayan sido declaradas Bien de Interés Turístico Regional, algo bien merecido, que yo misma comprobé este año disfrutando de una programación cuidada al detalle; denota su tesón que consiguiera que la sede del Consejo Regulador de la D.O. Méntrida-Toledo se estableciera en Torrijos; prueba su afán por dinamizar el comercio torrijeño haber creado una plataforma on-line para los negocios locales; manifiesta su compromiso con los más vulnerables, los más pequeños, haber conseguido que el pueblo esté entre las Ciudades Amigas de la Infancia de UNICEF, de hecho, he de confesar que he envidiado alguno de los parques que le he visto inaugurar.
Esta columna es limitada mientras que los proyectos en su mente revolotean sin fin por un Torrijos mejor, un Torrijos del futuro, así que nunca podría hacer justicia a tu trabajo, amigo. Torrijos pierde un político de verdad, de los que trabajan por la polis. Enhorabuena por tu labor impagable.