Una gestión público-privada, posible solución para la estación

Galán
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Ayuntamiento y Junta estudiaron ayer posibles fórmulas para gestionar la inseguridad de la estación de autobuses. Esta opción conllevaría una renovación del entorno

Una gestión público-privada, posible solución para la estación - Foto: Yolanda Lancha

Se trata de una intervención compleja, pero lo que está claro es que la estación de autobuses no puede seguir abandonada a su suerte. En ese punto están de acuerdo tanto Junta de Comunidades como el Ayuntamiento de Toledo, ya que les une un vínculo en torno a la gestión de este espacio que es una de las entradas o salidas de la ciudad.

Es por ello que la estación de autobuses ha sido uno de los temas tratados en la reunión que el alcalde Carlos Velázquez mantuvo ayer con Nacho Hernando, consejero de Fomento del Gobierno regional. A falta de avanzar en el camino de los hechos, más que en el de las palabras, dicha cita ha dejado un primer acuerdo entre ambas partes en lo que puede ser una posible solución para la estación de autobuses toledana. De este modo, ambas instituciones plantearon como posibilidad que la gestión de este entorno se comparta con un tercer actor de cáracter privado, es decir, mediante una concesión.

Una solución de estas características implicaría sacar a licitación la gestión de este inmueble para que una empresa adjudicataria se encargue de gestionar todo lo que allí ocurra, lo que podría incluir un área de seguridad privada, al margen de la vigilancia que puedan otorgar como añadido tanto Policía Nacional como Local.

Una propuesta que para que salga adelante debe contemplar cambios en la estación de autobuses actual, ya que para que las empresas accedan a gestionar este servicio deben encontrar en la operación elementos atractivos para su beneficio económico, que podrían hallarse en la explotación de los locales comerciales actualmente vaciós en el inmueble.

La raíz de este asunto a tratar por parte de las dos instituciones tiene que ver con las denuncias de inseguridad señaladas por los usuarios o trabajadores de la propia estación de autobuses.

Sin ir más lejos, hace un par de semanas se produjo un incidente en el que un varón intentó robar un teléfono móvil a otra persona ejerciendo la violencia, lo que acabó con la detención del presunto agresor. Y este no es el único episodio vinculado a la estación, que ya vio como hace un año sus conductores se manifestaron para pedir precisamente más seguridad, después de sufrir agresiones y otros episodios de violencia.

De igual modo, la estación de autobuses suele dar cobijo, con autorización del Ayuntamiento, a personas sin hogar, quienes han acabado provocando conflictos entre sí que acaban afectando a los usuarios que utilizan la estación de autobuses como método de transporte habitual.