Francisco y David, enemigos íntimos

J.Moreno
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La Fiscalía mantiene los 11 años de prisión contra David por el incendio de la vivienda de su vecino Francisco, quien deseó que el acusado eluda la entrada en prisión

Francisco y David, enemigos íntimos - Foto: Yolanda Lancha

El fiscal se apercibió de los gestos de amistad entre Francisco y David y mencionó en las conclusiones esa «medio reconciliación» entre los acusados, unos amigos que devinieron en enemigos con un episodio grave ocurrido en Quero el 9 de julio de 2019. Por eso, ambos se sentaron ayer frente al magistrado y presidente de la Audiencia Provincial, Juan Ramón Brigidano. El asunto ha llegado a mayores porque la Fiscalía acusa a David Serrano de un delito de incendio y pide 11 años de cárcel contra él.

Francisco Valcárcel, quien cumplirá 62 años en marzo y lucía conjuntado ante el tribunal, deseó en el interrogatorio que David eluda la prisión, pero sí quiere los 13.964 euros de la indemnización por los daños ocasionados, más la reparación, en la casa cueva de la calle de Silos izquierda de Quero. Allí, recién entrado el 9 de julio de 2019, se personó la Guardia Civil para lidiar en una reyerta ocurrida en una calle problemática de la población de un millar de empadronados.

Uno de los agentes testificó que David reconoció minutos después de los hechos que había prendido fuego a la casa de Francisco, una construcción rudimentaria con un tejado de uralita. El acusado intentó dar una declaración exculpatoria durante el interrogatorio, pero el fiscal ha mantenido finalmente la petición de 11 años de cárcel por un delito tipificado entre los 10 y los 20 años de prisión. «Si no se va de la casa Francisco, se quema vivo», expuso el representante del ministerio público.

La Fiscalía sostiene que David, de 47 años, saltó la valla, hizo un agujero en el techo de uralita y lanzó dentro una garrafa de gasolina a la que prendió fuego. Las llamas alcanzaron el pasillo, el salón y las habitaciones anexas, con cuantiosos daños en esa casa cueva de la calle de Silos izquierda, una vía larguísima y estrecha de Quero donde abundan construcciones así.

Francisco afirmó que identificó a David en ese momento como el autor del incendio que le quemó los pies y destrozó la casa cueva, con riesgo incluso en el interior, tal y como advirtieron los bomberos del Consorcio a los agentes de la Guardia Civil que intentaban recomponer los hechos.

Precisamente, una conexión por videoconferencia con la localidad sevillana de Morón de la Frontera, para el testimonio de un agente, evidenció la relajación de esa animadversión de 2019 entre los dos acusados. Francisco, quien habla con dificultad a causa de una traqueotomía, hizo un comentario a David; posiblementer, por lo lejos que llegaba esa trifulca de hace más de cuatro años.

El juicio de la Audiencia Provincial incluía también una acusación de la Fiscalía contra Francisco por la presunta comisión de un delito de amenazas durante la reyerta. El fiscal sostiene que blandió un hacha de cocina cuando David se personó en su vivienda antes del incendio. Ese comportamiento previo sería el acelerante del ataque posterior a la vivienda. Pero Francisco negó  esa intimidación y atribuyó la presencia del cuchillo en el patio por la preparación de un cocido para el día siguiente.

Francisco debió responder también a las amenazas expresadas contra David después del incendio de la vivienda, con los agentes de la Guardia Civil delante. «Esto no se va a quedar así, agente, lo voy a quemar vivo. El día menos pensado, voy a coger un cuchillo y lo voy a degollar. Esto no va a quedar así», espetó. El acusado de un delito de amenazas, con una petición de la Fiscalía de un año y medio de cárcel, se defendió y lo atribuyó a un arrebato por la gravedad de unas llamas que lo dejaron con los pies quemados. «Estaba en estado de enajenación», apostilló en el turno final del juicio.

Mientras, las defensas piden la absolución de sus clientes. Precisamente, el abogado de David mencionó la eximente de arrebato en caso de culpabilidad en el incendio de la casa.

A la finalización del juicio, David y el hijo de Francisco, que esperaba a su padre tras testificar, se saludaron incluso con camaradería.