Un 2024 de alto voltaje

E. Rodríguez de la rubia (EFE)
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Si el pasado fue un año frenético, este no se quedará atrás, con una legislatura de equilibrio de fuerzas y varias elecciones autonómicas

Un 2024 de alto voltaje - Foto: Toni Albir

Tras un 2023 de vértigo y muy polarizado en el plano de la política nacional, con dos citas con las urnas en menos de dos meses, una revolución del mapa territorial autonómico y local y unos polémicos acuerdos de investidura tras las generales, el año que acaba de comenzar no parece que vaya a quedarse corto. Y es que, este 2024 tendrá otra vez comicios a la vista, en este caso europeos, gallegos y vascos, con efectos que a bien seguro se dejarán sentir también en Madrid; albergará la posible aprobación de la ley de amnistía y la consiguiente vuelta a España del expresidente catalán prófugo Carles Puigdemont con un referéndum de independencia bajo el brazo; y estará marcado por una inestabilidad parlamentaria de consecuencias imprevisibles en la duración de la XV legislatura.

La amnistía, cada vez más cerca

Pasado el primer trago del debate de la amnistía en la opinión pública, el PSOE parece tener prisa por pasar página cuanto antes y pretende acelerar todo lo posible su tramitación parlamentaria.

De momento, el Congreso ha habilitado el mes de enero para empezar a estudiar las enmiendas de los grupos antes de remitir la ley al Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta.

En la Cámara Alta, a los populares se les presentan dos opciones: o vetar rápidamente la norma y devolverla inmediatamente a la Cámara Baja o retrasarla y agotar hasta el límite el plazo de dos meses para tramitarla e introducir enmiendas. En cualquiera de los dos casos, el Congreso tiene la última palabra y ahí el PSOE y sus socios cuentan con una mayoría. 

Un 2024 de alto voltajeUn 2024 de alto voltaje - Foto: Víctor LerenaAsí, la amnistía podría estar en el BOE en primavera, antes de las elecciones europeas de junio.

Polémico regreso de Puigdemont

Una vez aprobada la ley, su texto fija un plazo de dos meses para que los tribunales cancelen las causas contra los líderes independentistas cualquiera que sea el momento procesal en el que se encuentren. Los esperados recursos o las dudas de inconstitucionalidad que puedan plantearse no podrían, a priori, paralizar su aplicación. Y el principal beneficiado sería Puigdemont, huido en Bélgica desde octubre de 2017.

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, ya se ha mostrado dispuesto a reunirse con él y también con el líder de ERC, Oriol Junqueras, para, según él, «normalizar» la situación. Un encuentro que podría celebrarse tras aprobarse la amnistía e incluso antes.

Más allá de la foto de los tres, la clave estará en el papel que pueda jugar Puigdemont en su regreso a Cataluña, con todos sus derechos políticos recuperados, además de sueldo, despacho y coche oficial. El enésimo trago amargo que deberá pasar el Gobierno en aras de ese axioma acuñado por Sánchez de «hacer de la necesidad virtud».

Examen a Sánchez, reválida de Feijóo

El ciclo electoral continúa implacable y salvo sorpresa antes del verano se habrán celebrado tres comicios. Primero los gallegos, el 18 de febrero; las elecciones al Parlamento Europeo el 9 de junio, y por último las vascas, para las que todavía no hay fecha pero que podrían coincidir con las europeas en un superdomingo.

Un 2024 de alto voltajeUn 2024 de alto voltaje - Foto: Javier EtxezarretaTodas estas citas con las urnas se interpretarán -como siempre- en clave nacional, aunque tengan sus propias lecturas.

Las elecciones gallegas serán las primeras sin Alberto Núñez Feijóo como cabeza de cartel y también las primeras desde la investidura de Sánchez, con el desgaste en imagen que le acarrean sus acuerdos.

La izquierda acude dividida a la convocatoria, lo que podría apalancar al popular Alfonso Rueda en la Xunta y, a su vez, reforzar el liderazgo de Feijóo.

Del mismo modo, unos malos resultados del PSOE serían interpretados de forma automática como una censura a su secretario general y su labor en el Ejecutivo central. Un planteamiento que se repetiría en las europeas, comicios en los que el voto de castigo al Gobierno de turno suele tener el terreno abonado.

Por el contrario, si el PP obtiene unos malos números en esa cita con las urnas, las especulaciones sobre la continuidad de Feijóo como líder de la oposición no tardarán en aparecer, siempre con la sombra de Ayuso.

¿Un lendakari de la izquierda abertzale?

Las elecciones vascas serán fundamentalmente una pugna entre el PNV y EH Bildu. De hecho, muchos se preguntan si el próximo lendakari será de la izquierda abertzale.

Los socialistas vascos han garantizado que no firmarán ningún pacto para dar el Ejecutivo de Vitoria a Bildu. Una promesa que se pone en tela de juicio después de la moción de censura en Pamplona.

El PSOE necesita a los abertzales en el Congreso pero también al PNV. Simultanear el entendimiento con esos dos socios será otro quebradero de cabeza para Sánchez.

Inestabilidad parlamentaria

Si la investidura llegó sin demasiados sobresaltos gracias a los pactos a varias bandas con todos los partidos nacionalistas e independentistas, la gestión diaria de la legislatura se presenta más complicada.

La marcha al Grupo Mixto de los cinco diputados de Podemos por el «ninguneo» al que les sometía Sumar no hizo más que enfangar la situación. Esos cinco votos morados siguen siendo imprescindibles para que el Ejecutivo de coalición saque adelante sus iniciativas y si ya es extenuante poner de acuerdo al PSOE y a Sumar, y a estos con el resto de socios, la ecuación con Podemos resulta diabólica.

La principal ley de cada año, los Presupuestos, que deberían tramitarse en el primer trimestre del año, será la piedra de toque de esa estabilidad parlamentaria.

Nadie espera que este nuevo mandato sea de una gran producción legislativa, pero el día a día se vislumbra como una carrera de obstáculos.

Podemos, Sumar y Ciudadanos

Las elecciones europeas de 2014 fueron el debut electoral de Podemos, cuando Pablo Iglesias logró ser elegido europarlamentario, y podrían terminar siendo también el principio del fin para la formación morada.

La pelea con Sumar no presagia nada bueno para el espacio de la izquierda y los de Ione Belarra han apostado todo a la carta de Irene Montero, apartada del Gobierno de coalición y de las listas del proyecto de Yolanda Díaz. 

La circunscripción única favorece que Podemos pueda conseguir escaño, pero todo está en el aire. La división del voto también tendrá consecuencias en Sumar.

Del mismo modo, Ciudadanos, fuera ya del Congreso y de la mayoría de comunidades y ayuntamientos de España, intentará mantener su representación en la cámara comunitaria, los últimos mohicanos de un proyecto político que aspiraba a gobernar España hace apenas unos años.

Vox también anda intentando rearmar su proyecto tras unas generales en las que perdió casi 20 diputados y no pudo sumar una mayoría con el PP. Si se confirma su declive electoral, el liderazgo de Santiago Abascal podría cuestionarse internamente.

Financiación autonómica

Junts y ERC ya han reclamado que durante este 2024 se acuerde una financiación «singular» para Cataluña o, lo que es lo mismo, una especie de concierto vasco, en el que la Generalitat recaude los tributos y ceda una parte al Estado.

El resto de autónomías, casi todas gobernadas por el PP, han puesto el grito en el cielo y llevan un tiempo alertando de que esta iniciativa acaba con la solidaridad entre regiones y es un ataque al modelo constitucional. Se trata, pues, de un tema en el que también se esperan curvas y choque de trenes entre Sánchez y Feijóo.