La noche de Lunin

Ó. Maya Belchí (EFE)
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El ucraniano se viste de héroe para citar al Real Madrid con el Bayern tras superar el récord de paradas de un portero del club en un duelo del torneo

La noche de Lunin - Foto: Carl Recine (Reuters)

El Real Madrid se clasificó el pasado miércoles a las semifinales de la Liga de Campeones en los penaltis. Unos disparos desde los 11 metros en los que no había tenido acierto el resto de la temporada: tres metidos y cuatro fallados. Sin embargo, todo cambió en el Etihad. Convirtió cuatro de cinco y el guardameta Andriy Lunin firmó una noche histórica en su carrera.

Estuvo sometido el combinado merengue en el partido, sobre todo desde el gol de Rodrygo Goes en el minuto 12. Defendiendo con los 11 futbolistas ante el control del Manchester City en su casa. Solo Kevin de Bruyne pudo derribar el muro formado por la buena defensa, en bloque bajo, de los de Carlo Ancelotti y por Lunin.

El ucraniano superó el récord de paradas de un portero del conjunto de Chamartín en la Liga de Campeones. Una marca que compartía con Thibaut Courtois. El belga hizo nueve en la final de la Champions de 2022, que ganó el bloque español contra el Liverpool (1-0); mientras que el eslavo las igualó en la ida de octavos de final contra el Leipzig (0-1) en 2024.

Y este 17 de abril se hizo aún más grande. Diez paradas durante los 90 minutos. Un número que debió ser incluso mayor, pero una gran intervención en el minuto 79, arriba, a un disparo de De Bruyne, no fue señalada como córner por el colegiado Daniele Orsato y no le contó.

Sumó una más en una prórroga en la que el ritmo fue menor, con los futbolistas acusando el esfuerzo del tiempo reglamentario, mientras el 'crono' corría camino a unos penaltis que acabarían definiendo todo.

Sin lanzador

Unos 11 metros que provocaron dudas durante la temporada en el Real Madrid. Es más, aún no ha encontrado su lanzador de confianza tras la salida de un seguro como era Karim Benzema. Algo impropio de un equipo de élite como es el conjunto blanco.

Joselu Mato, que era el encargado habitual en sus años precedentes en Alavés y Espanyol, con el equipo merengue ha tirado tres y fallado dos. Rodrygo y Modric habían ejecutado uno cada uno sin éxito. Los únicos con un 100 por 100 de efectividad, uno de uno, son Bellingham y Vinícius.

Un 42,9 por ciento de éxito desde el punto de penalti. Con ese porcentaje, tirando en segundo lugar y en el fondo preferido del City, llegó el Real Madrid a jugarse un puesto en las semifinales.

Pero las estadísticas están para romperlas. Eso sí, en un panorama que empezó con Modric errando el primer intento. Sin embargo, Bellingham, Lucas Vázquez, Nacho y Antonio Rüdiger no fallaron. Los tres últimos, lejos de ser tiradores habituales.

Oportunidad

Cuatro penaltis anotados y dos parados. Ahí apareció Lunin para volver a mandar un mensaje y confirmarse en una campaña en la que vio cómo la oportunidad que tanto ansiaba se le escapaba, cuando se vio fuera del Real Madrid, pero otra lesión le volvió a abrir las puertas de la titularidad y no la soltó.

La rotura de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda de Courtois, figura clave del club, el 10 de agosto, trastocó los planes. La entidad acudió al mercado no para darle competencia a Lunin y sí para incorporar a un guardameta titular.

Y así fue. Dos partidos para el ucraniano y Ancelotti apostó por Kepa Arrizabalaga. Le otorgó toda su confianza y relegó de nuevo al eslavo al banquillo. Pero aún le quedaba otra bala.

Kepa sufrió un percance muscular en el calentamiento previo a la visita del Sporting de Braga el 8 de noviembre. Salió Lunin, paró un lanzamiento fatídico en el minuto 6, sobrevivió a las alternativas en la portería tras la recuperación de Kepa y acabó ganándose el puesto, sobre todo tras un mal partido del vasco en la Supercopa de España frente al Atlético.

Así obtuvo la confianza que necesitaba Lunin para ser el líder indiscutible en la portería merengue.

Una categoría de titular que reforzó en el Etihad con una actuación sublime. Y que se ha ido gestando día a día de la mano de Luis Llopis y su método, que colocó a Keylor Navas y a Courtois entre los mejores y que ha hecho lo propio con un Lunin que fue clave para que el Madrid ya piense en el Bayern de Múnich.