El fantasma de Kurt Cobain recorrerá hasta el 30 de marzo las salas de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, junto al recuerdo de Jimi Hendrix, la voz de Janis Joplin, el fuego de Jim Morrison, y el recuerdo de Amy Winehouse. Son algunos de los protagonistas de la exposición que el pasado viernes luce el pasillo de la sala Borbón-Lorenzana.

Se trata de una colección de collages elaborados por la diseñadora Rebeka Elizegi, que forman parte del libro 'Eternos 27: El Club de los Malditos', que cuenta con los textos del escritor toledano y trabajador de la Biblioteca David Luna. El volumen investiga a los componentes, características y curiosidades de este 'club' y recrea en forma de ficción los últimos minutos de la vida de cada uno de estos artistas. Los collages de Elizegi completan una visión poliédrica de la vida y la obra de estos músicos, en la no podía faltar su música.

Después de una primera muestra en Barcelona, ahora llega a Toledo para facilitar a sus usuarios que descubran la vida y la obra de estos personajes que tanto han aportado a la cultural, más allá de lo musical.

Los Eternos 27 visitan la Biblioteca - Foto: Yolanda LanchaEl proceso. Fue la propia Alizegi quien 'se pidió' colaborar con David Luna cuando conoció el proyecto de Eternos 27 por su compañero, Víctor Escandell, que también ha ilustrado trabajos del toledano. Desde entonces «surgió la chispa».

A partir de las investigaciones de la vida y la obra de cada autor, Elizegi ha podido dar una visión paralela de ellos. Aunque quizás su favorita pueda ser Janis Joplin por su vida como mujer en una época tan complicada, es una rockera. Pero nos describe su trabajo de Jim Morrison, aunque, como en el caso de los hijos, «los quiero todos por igual».

Para ella es un icono muy importante de la música. Con sus collages ha tratado de crear un relato visual paralelo al de David. A Morrison, el 'Rey Lagarto' lo presenta con sus metáforas, la bañera en la que falleció en París, la poesía por la que quiso dejar el rock, las adiciones, las fans, las drogas sus pantalones de sex simbol, el fuego, y el reloj de arena por el que la vida se va tan rápido, evidentemente, por una puerta.