La crisis en el mar Rojo amenaza un negocio de 150 millones

Á. de la Paz
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Las empresas de la provincia facturaron en Asia poco más del 5% de sus ventas globales en 2022. La tensión geopolítica en la zona apunta a un encarecimiento de los costes comerciales

Las bebidas y alimentos son el principal grupo de exportación desde Toledo hacia Asia. - Foto: David Pérez

La facturación de las empresas toledanas en los principales mercados del continente asiático se elevó hasta los 150 millones de euros en 2022. Las exportaciones con origen en la provincia hacia países como China, Japón o India, tres de las principales potencias económicas del mundo, representan apenas el 5,2% del negocio exportador. Durante el último año del que se tienen datos completos (de 2023, aún faltan cifras parciales de diciembre), el tejido empresarial toledano alcanzó su mayor volumen de ventas en espacios foráneos, con 2.860 millones de euros. Los datos incompletos de 2023 apuntan a una cifra más baja de ventas totales, un negocio menor también en Asia, con 124 millones expedidos entre enero y noviembre.

El conflicto abierto en Oriente Próximo perjudica las ventas desde Toledo a una de las grandes y emergentes regiones de la economía mundial. La relación comercial entre la provincia y el conjunto que forman India, Afganistán, Pakistán, Tailandia, Vietnam, Laos, Indonesia, Camboya, Singapur, Malasia, Mongolia, Filipinas, China, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Hong Kong y Macao es especialmente desfavorable para los productores locales: durante 2022, las empresas de la provincia adquirieron bienes y servicios en estos países asiáticos por valor de 658 millones, lo que representa una balanza comercial negativa de más de 500 millones y una escuálida tasa de cobertura del 22,8%: por cada euro vendido por una empresa toledana en aquellas tierras se adquieren cuatro en mercancías procedentes de la considerada como fábrica del mundo.

Buena parte de las mercancías que se envían desde la provincia hacia Asia lo hacen en rutas marítimas a través del mar Rojo, un espacio que se ha convertido durante las últimas semanas en uno de los focos abiertos del reavivado conflicto en Oriente Próximo. Los milicianos hutíes han realizado diferentes ataques a cargueros de bandera occidental, una situación que ha sido respondida con aéreos selectivos de Estados Unidos y Reino Unido.

Los riesgos para el tránsito marítimo en la zona han incrementado el precio de los fletes, una circunstancia que reduce los márgenes empresariales y que se puede trasladar al precio final de los productos, lo que le resta competitividad a la empresas locales frente a otros competidores. La escalada bélica que ha desencadenado el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023 sugiere unos efectos sobre los costes de producción similares a los que tuvieron el final de las restricciones por la pandemia y la agresión de Rusia sobre Ucrania, dos acontecimientos que  han provocado una espiral inflacionaria que se trata de controlar.

«Nos encontramos con dos guerras que vuelven a elevar los precios de las materias primas; hay que quedar media vuelta al mundo para llegar hasta Europa desde Asia», lamenta Manuel Madruga, secretario general de Fedeto.

nuevos mercados. La internacionalización de las empresas toledanas en la última década ha sido una de las palancas que explica la recuperación económica en la provincia, un repunte para el que el tejido productivo se ha servido de más innovación y una mejor presentación de las servicios ofertados al resto del mundo. En 2013, las ventas hacia Asia suponían apenas 40 millones, una cifra muy alejada de los 150 del último ejercicio completo conocido.

De los 124 millones que se han facturado en la provincia entre enero y noviembre de 2023, unos 56 millones corresponden al sector de alimentación y bebidas. La industria agroalimentaria, con referencias como los cárnicos, el queso, el aceite o el vino, es el principal estandarte de la economía toledana en aquellas tierras tan lejanas. La extensión de la guerra y el cierre del estrecho de Bab al Mandeb, el paso entre la costa oriental africana y el extremo suroccidental asiático amenazan un negocio que, aunque pequeño (y menor si se compara con Europa), ha prosperado durante los últimos años.