Los resultados de las elecciones municipales confirmaron a Milagros Tolón como la opción preferida por los toledanos. Quien buscaba su tercer mandato consecutivo, una barrera aún no franqueada en la historia democrática de la ciudad, se impuso al resto de candidatos, pero la suma de PP y Vox la desalojó del Ayuntamiento. Mientras el bipartito que habría de echar al PSOE del Gobierno municipal se fraguaba, su partido la eligió como número dos por la circunscripción provincial al Congreso de los Diputados para las elecciones generales del próximo 23 de julio.

De momento, Tolón mantiene su acta de edil en el Ayuntamiento de Toledo y es la presidenta del grupo socialista. De facto, lidera la oposición al Gobierno municipal que encabeza Carlos Velázquez. En su grupo municipal no se adivina reemplazo para la jefa, aunque los nombres de Noelia de la Cruz -quien ya ha sido elegida como la portavoz de la bancada socialista-, es el más probable en el caso de que la antigua regidora ocupe una responsabilidad importante en Madrid, un puesto sobre el que sólo cabe elucubrar y que, en muchos casos, podría ser compatible con la representación municipal de los vecinos de su ciudad.

Lo que ocurra tras las elecciones generales del 23 de julio marcará el futuro de la política toledana a corto y medio plazo. Tolón, en principio, será elegida como diputada nacional. En todas las elecciones generales celebradas desde la restauración democrática, el PSOE ha obtenido al menos dos diputados por Toledo en el Congreso de los Diputados, también cuando la provincia sólo repartía cinco de los 350 escaños de la Cámara Baja (desde 2008, por el crecimiento de la población, son seis).

Más allá del favoritismo del PP, corroborado por las diferentes encuestas que se vienen publicando, y de la pujanza de Vox en la provincia, resulta difícil imaginar un escenario en el que los socialistas no recaben dos de los seis representantes en liza por Toledo. Las expectativas de Sumar, la formación con que el PSOE rivaliza en el espectro progresista, no contemplan aún la posibilidad de un escaño.

La polémica que rodeó la composición de la lista del PSOE en la provincia, un duelo que confrontó a Emiliano García-Page y Pedro Sánchez en diferido, con Sergio Gutiérrez y Tolón como personas interpuestas, evidenció la existencia de dos sensibilidades en el partido y confirmó la brecha existente entre el PSOE local y el PSOE provincial y regional, una distancia similar a la que media entre la federación castellano-manchega y la dirección del partido en Ferraz. Tanto es así que el secretario provincial de los socialistas toledanos, Álvaro Gutiérrez, y la exalcaldesa de Talavera, Tita García Élez, abandonaron el Comité Federal en el que se aprobaron las listas -aunque en algún momento barajaron votar en contra.

DESMOVILIZACIÓN. Los partidos del ámbito de la derecha agitan el fantasma de la desmovilización y deslizan la posibilidad de que el PSOE obtenga un solo escaño en la provincia, una cifra inédita que dejaría a Tolón fuera del Congreso. Entretanto, fuera y dentro de los círculos políticos se insinúa que la debacle socialista, de producirse, sería tanto un castigo de los votantes al actual Gobierno de la nación como un escenario buscado por la facción dominante entre los socialistas de la región. Si existe un duelo entre Page y Tolón, el primero parte con la ventaja de su triunfo por mayoría absoluta el 28 de mayo, mientras que la segunda carga con una victoria tan amarga como insuficiente.

Sin embargo, el principal capital político de la anterior alcaldesa fuera de Toledo y de la gestión realizada durante ocho años es su importante posición dentro del organigrama del PSOE. Tolón ejerce como presidenta del Comité Federal, el máximo órgano de dirección del PSOE, mientras la etiqueta de sanchista ratifica la sintonía que mantiene con el presidente del Gobierno.

En un hipotético escenario en el que Pedro Sánchez repitiese como inquilino de La Moncloa, las posibilidades de Tolón de alcanzar un ministerio, una pieza de caza mayor para una de las personalidades más fieles al secretario general del PSOE, crecerían. El nombre de la toledana ya se escuchó en aquella mañana de julio de 2021 cuando el presidente activó un cambio de profundo calado en el Ejecutivo nacional en el ecuador de la legislatura.

 Hacerse con un acta en el Congreso de los Diputados ofrece, además, la posibilidad de presidir las diferentes comisiones parlamentarias que rigen la actividad legislativa, ya sean de carácter permanente o de investigación.

Tolón, incluso, podría convertirse en la «máxima autoridad» del partido, una figura retórica que la sevillana Verónica Pérez popularizó en la víspera del 1 de octubre de 2016, si Pedro Sánchez se viera obligado a dimitir como líder socialista tras un resultado electoral muy adverso. Este hipotético mandato, definido por la interinidad, podría extenderse durante varias semanas, dada la condición de inhábil que tiene el mes de agosto. Como responsable del órgano, habría de fijar el calendario y los plazos de organización y celebración de un cónclave extraordinario.

Tanto en el escenario más favorable para sus intereses, el que implica un nuevo Gobierno de Sánchez, como en uno de los más desfavorables, el que supone una legislatura en la oposición frente a un Gobierno articulado por la derecha, Tolón encontraría un posible acomodo en el que seguir desarrollando una carrera política en primera línea, sin olvidar un posible regreso a la alcaldía de su ciudad en 2027. Descartada su inclusión en el próximo Gobierno regional, ofrecida por Page pero rechazada por quien le sucedió al frente del Ayuntamiento, el Congreso se adivina como la presumible próxima estación para la alcaldesa saliente.