Toledo, así como otros puntos del país, ha experimentado en primera persona los efectos adversos que viene generando el cambio climático. Precipitaciones cuantiosas, nevadas o fuertes rachas de viento han sido algunos de los últimos episodios que Toledo ha vivido y que han generado ciertos daños en su entorno. Afortunadamente, estos últimos sucesos no han generado daños mayores como desprendimientos o avalanchas de rocas, pero son acontecimientos que se están produciendo en otras ciudades.
Por este motivo, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Castilla-La Mancha acogió esta semana una serie de ponencias para alertar a empresas y a las distintas administraciones de los peligros que conllevaría una escasa inversión en la estabilización de taludes. Jordi Dalmau es el presidente de la Asociación Española de Empresas Especialistas en Taludes y fue uno de los ponentes de la cita. En declaraciones posteriores a La Tribuna ha destacado la «máxima preocupación» que le transmitieron los representantes institucionales durante estas jornadas.
El especialista celebra esta voluntad, porque señala que en otras administraciones «les gusta invertir en actuaciones más vistosas, pero en estos casos el dinero va destinado a la seguridad». Y es que Jordi Dalmau reconoce que «no es muy vistoso invertir en la estabilización de una roca que se encuentra a 40 metros de altura sobre una carretera, pero es igual o más necesario».
En este sentido, Jordi Dalmau recomienda a las administraciones actuar de manera preventiva ante situaciones que ahora se pueden producir con más frecuencia por los efectos del cambio climático. Por ello, el especialista otorgó una serie de consejos para que los ayuntamientos u otros organismos intervengan en prevención. Algunas de las opciones consisten en la elaboración de un análisis previo que reúna un inventario de las zonas con mayores riesgos de desprendimiento, categorizándolos por rango de peligrosidad para establecer así un orden prioritario que seguir antes de destinar los recursos. Dalmau también recomienda reunir información sobre los puntos de protección ya instalados para realizar las inspecciones pertinentes.
Los desprendimientos han existido siempre, pero quizás ahora requieran de una mayor inversión. Lo que es importante es que los especialistas en el sector se fueron gratamente sorprendidos por la concienciación de las administraciones locales. Ya es un paso.