Carlos Velázquez se convertirá mañana en el séptimo alcalde de Toledo desde la restauración democrática. Oriundo del barrio de Santa Bárbara, la carrera política del nuevo regidor de la capital regional despegó en Seseña en la primavera de 2011, cuando con un 57% de los votos se hizo con un consistorio que no conocía otros colores que los de la izquierda. Durante las dos legislaturas que permaneció en el cargo, el PP intentó coser una ciudad disgregada y herida por el fantasma de El Quiñón, la macrourbanización construida en la linde con la Comunidad de Madrid que tardó años en colmarse. En aquellos años, Velázquez tuvo que enfrentarse a un paro galopante, a los recurrentes problemas de inseguridad de la comarca y a un incendio, el del cementerio ilegal de neumáticos, que puso a su municipio en el mapa informativo.

El político que recibirá de Milagros Tolón el bastón de mando de Toledo conoció la cara más hostil del servicio público en aquellos días de mayo de 2016: la BBC se recreaba en aquella columna de fuego y humo que brotaba de su ciudad mientras a sus vecinos se les recomendaba confinarse y sólo abandonar sus viviendas con la mascarilla puesta. Tres años después, con su partido desangrado y en mínimos históricos, Vélazquez no encontró los socios suficientes para revalidar al frente de Seseña.

Meses antes, al final del verano de 2018 -siendo todavía alcalde de la localidad del norte de la provincia-, Velázquez se postuló como candidato a la presidencia del partido en Castilla-La Mancha. Paco Núñez ganó aquellas primarias apoyado en su control del aparato del partido y respaldado por las agrupaciones más pequeñas, aunque Velázquez le superó en las principales ciudades.

En el verano de 2021, el nuevo alcalde de Toledo se proclamó presidente provincial del PP, sustituyendo en el puesto a José Julián Gregorio. En los dos últimos años, Velázquez ha compatibilizado su cargo de edil por Seseña con la organización del partido en la provincia: los resultados obtenidos por el PP en las últimas elecciones municipales en el conjunto de Toledo, más allá de lo ocurrido en la capital, refuerzan la figura política de quien en pocas horas, además, conseguirá un hito en la política provincial: el de gobernar en dos ciudades diferentes. El político popular alcanzará el cetro en la capital autonómica y ciudad más poblada de la provincia después de haber gestionado, durante ocho años, la cuarta localidad toledana según su volumen de habitantes.

Velázquez aludió en el inicio y en el cierre de la última campaña a la idea de «reconquista». Lo hizo en la apertura, delante de Alberto Núñez Feijóo, y lo repitió ante sus fieles en el acto de clausura. Aquel día postrero, el exalcalde Agustín Conde lo ensalzó como «hombre de partido» y glosó su hoja de servicios.

Hay pocos precedentes de alcaldes por partida doble en la geografía española. Uno -y en activo- es el también popular José Luis Sanz, quien mañana será investido alcalde de Sevilla y que durante varias legislaturas ha desarrollado tal responsabilidad en la sevillana Tomares.

El acuerdo entre PP y Vox posibilita un nuevo Gobierno municipal que cierra una larga etapa de dominio socialista. Al mismo tiempo, el pacto impulsa a Velázquez dentro de los organigramas regional y nacional de su partido. Esta semana, el número tres de su lista municipal, José Manuel Velasco, fue escogido por la dirección nacional como número uno al Congreso de los Diputados para las elecciones generales del 23-J por la circunscripción provincial. También crece su influencia en el ámbito autonómico. En la ciudad de Toledo, la candidatura encabezada por el inminente alcalde recabó 3.430 votos más que la lista regional que encabezaba Núñez.