El embalse de Castrejón, a la altura de El Carpio de Tajo, encierra una central hidroeléctrica aprovechada por la empresa eléctrica Naturgy. Una lámina de agua perfecta, sólo usada una vez al año para un concurso de pesca deportiva después de Semana Santa, que encierra una profundidad endiablada. Tanto, que un joven de unos 20 años falleció ahogado el pasado viernes durante una huida de la Guardia Civil. «Nadie se mete a bañarse. Es peligroso aunque sepas nadar», explica a este diario el alcalde, Isidoro Gallardo, sobre «el inmensísimo» pantano.
Como informó ya este diario, el joven había coprotagonizado supuestamente hacia las 12 de la mañana una tentativa de robo con violencia e intimidación en el estanco de San Martín de Pusa, uno de los seis negocios abiertos al público en la localidad jareña. El elegido era un establecimiento que sufrió ya un robo hace más de un año.
En esta ocasión, el negocio estaba en horario de apertura. El grupo estaba integrado por tres vecinos de Fuensalida, uno de la provincia de Ciudad Real y un quinto, menor de edad, de El Carpio de Tajo, según detalla el alcalde. Por caminos adyacentes, huyeron de la Guardia Civil con un coche azul hasta llegar al canal, localizado a unos cuatro kilómetros del núcleo urbano de El Carpio de Tajo y muy cerca de la ermita de la Virgen de Ronda.
El vehículo quedó atascado en un camino en mal estado, a unos 15 kilómetros de San Martín de Pusa, y los ocupantes salieron corriendo. Detrás, varias patrullas de la Guardia Civil de los municipios de los alrededores. Los jóvenes, tres de ellos menores de edad, eligieron meterse en el agua. Pésima opción. A unos tres metros de profundidad, las corrientes son fuertes por el aprovechamiento del agua de la central hidráulica, que obtenía en 2020 una energía que equivale al consumo de 8.600 hogares.
El Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz rescató el cadáver hacia las ocho de la tarde. El alcalde de El Carpio de Tajo, un político histórico del municipio que abandona voluntariamente la Corporación en esta próxima legislatura tras 41 años, resalta la valentía de la Guardia Civil para intentar salvar al joven. Los agentes sí pudieron auxiliar a los otros cuatro.
Los cinco presuntos autores contaban con numerosos antecedentes policiales, y dos de ellos se encontraban en búsqueda y reingreso en el Centro de Menores, según informó el domingo la Guardia Civil. De los cuatro detenidos, tres quedaron a disposición de Fiscalía de Menores, y otro fue puesto a disposición judicial de Primera Instancia e Instrucción de Guardia de Torrijos.