Atentados vandálicos en Yepes

J.Moreno
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La Guardia Civil y la Policía Local investigan la autoría de al menos cinco incendios intencionados de las mismas características en varias calles de este municipio. «Abrí la puerta y me vinieron las llamas», relata estremecida una vecina

Atentados vandálicos en Yepes

Teresa visitó el sábado a primera hora de la mañana a su hija, quien vive justo enfrente. Y regresó a su domicilio, en Yepes. No vio nada sospechoso en ese corto trayecto ya a plena luz del día. Eran las 8:30 de la mañana. La octogenaria subió las escaleras y levantó las persianas para iluminar la casa. Descendió a la planta baja y observó un humo negro en la puerta de entrada. «Abrí y me vinieron las llamas», relata a este diario la anciana, aún estremecida.

Como Teresa, más vecinos del barrio de la Fuente Arriba padecieron esa mañana ataques similares. Ocurrieron en pocos minutos y en calles diferentes. Un vecino observó a un joven encapuchado como sospechoso de la comisión de al menos cinco incendios intencionados.

La Guardia Civil y la Policía Local de Yepes investigan la autoría de estos fuegos intencionados contra las cortinas típicas de las entradas de las casas, un peligroso 'juego' que puede ocasionar graves consecuencias por la extensión de las llamas más allá de esos elementos de tela o escay.

Atentados vandálicos en YepesAtentados vandálicos en YepesLa escalada de vandalismo que padece el municipio ha subido grados con estas acciones delictivas que han atemorizado a los vecinos. «¿Van a venir por aquí otra vez?», pregunta a Teresa su nieto de 10 años.

Afortunadamente, Teresa, de 83 años, detectó inmediatamente el fuego y pidió auxilio desesperadamente. «Tuve un ataque de nervios y grité: 'socorro, socorro'. Los vecinos ayudaron enseguida a la anciana para sofocar las llamaradas, pero los efectos del fuego son notables en la puerta y en los ladrillos de la fachada.

Esa misma noche, los conductores de diez turismos denunciaron la rotura de otros tantos espejos retrovisores en diferentes zonas del municipio. «Llevamos una temporada», suspira el alcalde, Tomás Manuel Arribas.

El Ayuntamiento condenó el mismo sábado «los actos vandálicos» contra los vecinos de este municipio de 5.300 habitantes. «Todo nuestro apoyo a las familias y personas afectadas por esta barbarie», incidía el Consistorio, conmocionado por la gravedad de los ataques a las propiedades. Las pintadas con la forma de penes descubiertas también ese mismo día han quedado en anécdota frente a la aparatosidad del resto de los daños ocurridos durante esas horas.

El alcalde yepero denunció la oleada de actos vandálicos en el municipio, como los ocurridos en el parque de La Alquitara. De hecho, el Ayuntamiento instalará allí unas cámaras de vigilancia para disuadir de la comisión de estas gamberradas.

Mientras, Teresa continúa con el susto en el cuerpo. Esa mañana, se tomó una tila y un tranquilizante para conjurar el pánico del momento. Enseguida, supo que otras familias del municipio habían compartido su misma desazón. Tres en la calle Fray Diego y una más en su misma calle, la ronda de la Fuente Arriba. Y también en la ronda de la Fuente Mina. Todo en el mismo lateral del pueblo, cerca del arroyo de la Veguilla.

Los vecinos creen que las elección de las viviendas fue azarosa. «Si no llego a estar en mi casa, se me hubiera quemado», medita Teresa.