La natalidad ahonda su descenso en la provincia de Toledo. La cifra de recién nacidos sigue minorando, sin que la coyuntura económica favorable ni el final de la emergencia sanitaria por la pandemia hayan invertido una evolución declinante. El primer trimestre de 2023 se cierra con 1.068 nacimientos, el dato más bajo de la serie histórica. Entre enero y marzo de 2016 se produjeron 1.605 alumbramientos: la diferencia entre ambos periodos, separados por siete años, supone más de medio millar de nacimientos menos y un descenso superior al 33% en términos relativos.

Las familias toledanas reducen su número de hijos. Los datos que arroja la estimación mensual de nacimientos elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan un descenso continuado en la provincia desde 2016, el primer año incluido en este registro. Incluso en el primer trimestre de 2020, un lapso marcado por la irrupción de la pandemia de coronavirus, se contabilizaron 1.319 entre el 1 de enero y el 31 de marzo, un 19% más que los del último cómputo.

La franja de edad preferida por las toledanas para ser madres se sitúa entre los 30 y los 34 años. La estadística no especifica de qué hijo se trata, aunque en buena parte de los casos suele ser el primero de la unidad familiar. De los 1.068 nacimientos contabilizados en el primer trimestre del año, 352 correspondieron a madres en la primera mitad de la treintena, lo que supone un 33% del total. Por su parte, 318 alumbramientos en Toledo fueron de madres con entre 35 y 39 años, un 29,8% del acumulado hasta marzo de 2023. Los toledanas mayores de 40 años dieron a luz a 101 bebés, casi el 9,5% de los recién nacidos. El conjunto de las veinteañeras aporta 282 niños, un 26,4% de los neonatos.

La proporción de bebés cuyas madres superan la barrera de los 40 años ha aumentado en los últimos años. En los tres primeros meses de 2016, fueron 111 los nacimientos con progenitoras por encima de tal edad, una cifra que representó el 6,9% de todos los alumbramientos en aquel periodo, mientras que en el primer trimestre del año en curso han sido 101, lo que supone casi el 9,5% de los partos. Sólo seis mujeres de entre 45 y 49 años han tenido descendencia en estos tres meses. No se han registrado madres por encima de los 50 años de edad.

La comparativa sobre el total de hijos de madres veinteañeras en la provincia entre los años 2016 y 2023 constata una reducción de 110 bebés en estos siete años: de los 392 de entonces a los 282 bebés del último recuento, aunque la proporción de niños nacidos de gestantes con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años es similar en ambos años (en 2016, representaban el 24,4% del total; en 2023, son el 26,4%).

De los tres primeros meses del año, el de marzo ha sido el más prolífico en nacimientos, con 389 nuevas criaturas.

MENOS DE 5.000 BEBÉS. A lo largo de 2022, nacieron en la provincia de Toledo 4.600 bebés. La cifra es especialmente magra si se la compara con el dato de 2016, cuando fueron 6.305 los alumbramientos registrado. En este periodo, el descenso ronda el 27%. La perspectiva para 2023 apunta a un dato acumulado similar -o incluso algo más bajo- al del pasado ejercicio.

La trayectoria descendente continúa: en 2018, la provincia contabilizó menos de seis millares de bebés nuevos; en 2022, cayó por debajo de los cinco millares.

MADRES DE MÁS DE 50. En los últimos siete años, un total de trece bebés nacidos en la provincia han tenido madres con una edad de 50 o más años. La distribución de estos alumbramientos entre los años 2016 y 2023 sugiere que esta forma de maternidad tardía, aún excepcional, crecerá en el tiempo. Entre 2018 y 2020, este perfil de gestante registró un nacimiento anual; en 2021 fueron tres y el pasado 2022 se elevaron hasta los cuatro.