La aventura del CD Illescas va a durar dos semanas más. Ya están superados los 'playoff' regionales. Ahora tocan los nacionales. Este lunes sabrá la identidad del siguiente contrincante. El CD Quintanar del Rey fue víctima de dos zarpazos en la segunda parte. Pero hubo que sufrir más de la cuenta en los minutos anteriores. Valió la pena, por el resultado.

Ni dos minutos se habían cumplido cuando a Mingo le pusieron el primer balón en el área. Fuera de juego. La grada ya estaba volcadísima desde media hora antes. Daba igual la lluvia. Ya era leve, como los acercamientos del rival. En verdad, el balón era para el equipo local. A balón parado, con centro al área… las primeras aproximaciones, de color blanco.

En el minuto 13, Kain y Megías se pusieron a combinar dentro del área y despertaron los primeros miedos. Ahí estaba la defensa para evitar el peligro. Nada que convertir en ley, porque el CD Illescas mantuvo su tendencia de irse para adelante con la pelota en los pies. De hecho, Cáceres vio el desmarque de Rico, pero al '16' le faltó instinto de delantero para controlar mejor el cuero dentro del área.

El CD Illescas alarga su aventura (2-0)

Todavía fue más clara la que le quedó a Molina, después de un rebote. Cuando quiso disparar, ya tenía tres rivales enfrente. Marcos Martín apareció para estrellar el balón contra el portero. Estaba en fuera de juego. Cayó demasiadas veces en posición antirreglamentaria. Aun así, en un centro por la derecha de Cáceres, la pelota se fue a casi al lado contrario. Ahí estaba el otro lateral, Víctor, para cabecear mansamente ante Robles.

Pasada la media hora, Perujo se sacó un latigazo con la pierna izquierda que no cogió demasiada fuerza. Lo paró Llera. Lo importante es que el CD Quintanar no estaba avasallando, ni por asomo, al equipo toledano. Kaín estuvo a punto de igualar la eliminatoria en el minuto 37. Falló Sousa es una cobertura y dejó solo al ataque. Por suerte, le dio tiempo llegar para obstaculizar el lanzamiento, y se fue a córner.

Estaba el partido ahora con cara de Quintanar del Rey. Apretó tanto el equipo de Fajardo que el CD Illescas no era capaz casi ni de salir de su área. Susto tras susto, sufrimiento tras sufrimiento, fueron pasando unos minutos de auténtico acongoje. El equipo conquense se había estirado demasiado, y los blancos no están muy acostumbrados a verse aculados de esa manera. Lo mejor que pudo suceder es que llegara el descanso.

El CD Illescas alarga su aventura (2-0)

La segunda mitad arrancón dominio visitante, pero sin el agobio del final de la primera. Aun así, Mazzocchi recibió un balón franco dentro del área cuyo disparo salió ladeado. Muy clara. No era el día del Quintanar de cara a portería, pero ya empezaba a atosigar demasiado. Era un dominio descarado. Debía el Illescas salir de ese atolladero como fuera. Le duraba muy poco la posesión.

En una salida rápida, justo después del primer cambio (Collazo por Fabra), Molina condujo la pelota para dar tiempo a Cáceres a entrar por la derecha. El lateral derecho se quedó ante Robles, pero un zaguero metió la pierna por medio y mandó el esférico a saque de esquina. El CD Illescas consiguió cambiar la tendencia. Era un poco suicida.

Y vaya que si cambió. En un saque de banda aparentemente sin peligro, Víctor sacó, Mingo la peinó, y, con esos dos toques, Marcos Recuenco se quedó sin posibilidad de parar a Molina. Se metió dentro del área y cruzó el balón con un disparo con la derecha que entró de lleno en la portería quintanareña. Estaba más cerca el Illescas, mientras el Quintanar seguía protestando que el saque era a su favor, y no para los de casa.

El público enloqueció. Pero fue poco para lo que estaba por venir cuatro minutos después. Collazo llevó con temple la pelota por el centro, hasta que vio el desmarque de Mingo. El '9' incrementó su precio tras irse a un lado, amagar al otro y poner un centro al área que fue rematado a las redes por Molina.

Entre los goles y los cambios, el encuentro bajó de pulsaciones. Lógico. El rival tenía ya que irse a los tres goles para forzar la prórroga. Entró Tete Vacas con el objetivo de abrir más el campo. La gente se lo pasó pipa entre olés y olés. Pero la tensión bajó de nuevo con la lesión de Chaves, tras chocar con un rival y llevarse la peor parte. Su nariz ya venía maltrecha, y se tuvo que retirar.

La realidad es que el partido estaba muerto. El Quintanar ya no tenía ni fuerzas ni ganas para intentar llegar al área. El bofetón fue terrible. El CD Illescas tenía la posesión, la ilusión, la alegría y hasta las piernas para seguir buscando el tercero. No fue necesario. Los ocho minutos de descuento solo sirvieron para alargar la agonía del que estaba en la lona. Lo demás fue celebrar y celebrar. Y celebrar, y celebrar, y celebrar...