Sorprende Israel Aparicio en Sonseca

Mario Gómez / SONSECA
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El novillero ciudadrealeño sorprende en la novillada se Promesas de Nuestra Tierra y abandona el coso en hombros junto a Óscar da Silva y Cristian González y al ganadero. Se lidió una gran novillada de La Olivilla

Aparicio paseó tres apéndices de su lote. - Foto: M.G.G.

La festividad de San Juan supone un oasis para la afición taurina de Sonseca. Ya es tradición que además de los habituales encierros se celebra una novillada del certamen Promesas de Nuestra Tierra. Si por algo se caracteriza esta iniciativa, es por el hecho de contar con novilleros con cualidades, ganaderías de garantías,y plazas con mucho sabor. Con esos ingredientes se puso en liza una gran novillada de La Olivilla, cuyos éxitos en este mismo coso son argumento más que suficiente para justificar su presencia, y una terna de tres novilleros que, en diferentes momentos de su carrera, dieron argumentos para una entretenida tarde de toros.

Con un farol de pie recibió Israel Aparicio al tercero. Un bonito animal, de bellas hechuras y colorido pelaje al que el novillero lanceó con soltura, y cierto gusto con el capote. Incomprensiblemente el palco no quiso cambiar con los cuatro palos reglamentarios, y siguió aplicando "su" reglamento. Con la muleta se vio un novillero muy bisoño, pero con ganas de hacer las cosas bien y plasmar el toreo como lo entiende. Buscó hacer las cosas con gusto y mostró un exquisito concepto, con una colocación, embroque y remate. Sorpresa que continuó y abrochando el trasteo con unas ceñidísimas bernardinas antes de igualar para matar. Pinchó hondo y volvió a tirarse a matar dejando media en buen sitio que fue suficiente. Oreja y vuelta al ruedo al novillo (excesiva, pero algo más justa que la del astado lidiado en segundo lugar).

Israel Aparicio fue un derroche de entrega voluntad y ganas en el sexto. El novillero de Ciudad Real cobró mucho y duro, pero a pesar de lo cual siempre volvió a la cara del toro haciendo un esfuerzo y mostrando unas cualidades y capacidad innatas. Hasta matar lo hizo bien, y volvió a resultar volteado cuando el animal vivía sus últimos estertores, algo que terminó de poner al respetable de su lado para, sin perder la frescura, pasear el doble trofeo del sexto. Con muchos defectos por pulir pero la provincia de Ciudad Real puede tener una nueva ilusión taurina.

Si algo no se le puede reprochar a Óscar Dasilva es la disposición y las ganas. Se fue a portagayola en el cuarto y banderilleó con soltura y precisión a un incierto animal que iba y venía entre capotazos de capeo de los banderilleros. Empezó sacándoselo por la espalda e hizo bueno al rebrincado burraco. Mostró oficio, y corrió la mano por ambos pitones en una faena que extrajo todo lo que tenía el animal. Se pasó de faena, y dejó una estocada contraria y algo atravesada, que provocó la demora en caer. La efectividad con el descabello desató una petición, atendida por el palco, pero además por el hecho de que los banderilleros jaleasen para que fuera concedido.

Antes, en su primero, Dasilva sorteó un animal frío de salida con posibilidades escasas en el saludo capotero. Colaboró poco en el tercio de banderillas y pareció venirsele por dentro, por lo que optó por dejar solamente cuatro palos. En la muleta lo llevó tapado, y ahí enjaretó las mejores tandas. En cuanto le dejó abierta la opción, el animal rehusó la pelea. Lo hizo todo en pro del animal y abrochó con ceñidas manoletinas antes de dejar una estocada entera que le valió una oreja.

Lo mejor del segundo caluroso capítulo con los capotes fue el pique en quites entre Cristian González e Israel Aparicio. Ya con la muleta se vio un novillero despejado que supo aprovechar el recorrido de 'Gastarino' para entramar una faena a más. El novillo mantuvo el tono de sus embestidas y el novillero quiso aprovecharlas en un binomio que supuso el disfrute del respetable. A muy buen nivel González durante la faena y una gran estocada por lo que paseó dos orejas y el novillo fue premiado con una (excesiva) vuelta al ruedo.

En el quite al quinto quiso Israel Aparicio rescatar una antigua suerte. No salió ante el animal, porque le faltó principalmente medir tiempos y coordinación con las embestidas, pero a pesar de volar una vez lo repitió, volvió a volar; y dejó un ceñido quite por delantales con una buena media. Se desmonteró Roque de Vega en banderillas, y Cristian González llegó a la muleta con un animal un tanto rajado al que no terminó de cogerle el aire. Se afanó en sacarlo a los medios cuando la faena era en tablas, y el viento tampoco ayudó. Novillo nada fácil al que González quiso hacer faena, y dejó disposición y voluntad. Mató al encuentro y el animal se echó rápido, y la gente pidió el trofeo y el presidente no atendió a la petición y se llevó una bronca. Qué necesidad de llevar esa flagrante contraria al respetable, tan generoso para unas cosas y tan rácano para otras. González dio una doble merecida vuelta al ruedo.