Insulsa reválida en el epílogo del Alfarero de Oro

Mario Gómez / VILLASECA
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La novillada programada para el inicio del ciclo acabó celebrándose en la jornada del martes tras su aplazamiento inicial. Mal juego de los utreros de Alejandro Vázquez y desigual de los de Raso de Portillo. La terna no brilló, solo hubo disposición

Cerrato dio una vuelta al ruedo en el tercero. - Foto: L.T.

La novillada encargada de abrir el ciclo del Alfarero de Oro 2023 fue, a causa de la lluvias caídas el pasado día 3, la encargada de poner el broche a esta edición. Un desafío ganadero entre Alejandro Vázquez y Raso de Portillo, que se llevaron de lejos los toros vallisoletanos, y que poca rivalidad tuvo.

Destacaron sobremanera los pares de banderillas de Ignacio Martín en el tercero y el sexto, desmonterándose en ambos, y que a la postre le valieron para ser designado mejor banderillero de este XXIII Alfarero de Oro. 

El primero salió andarín y El Melli tuvo precauciones de inicio. Cuando el novillo se centró el novillero gaditano, logró extraer muletazos limpios, por el pitón derecho, contorneando las embestidas por su cuerpo. Faena medida y sin demasiado contenido que se atascó con la espada. El cuarto de Raso de Portillo fue devuelto y salió otro del mismo hierro. El Melli anduvo muy dispuesto e intentó hilvanar muletazos, pero los tres de Alejandro Vázquez pecaron de ir a menos y quedarse parados en la muleta. El trasteo no tomó vuelo.

El segundo de la tarde también lució el hierro de Alejandro Vázquez, y Jesús de la Calzada quiso hacer faena a un utrero que colaboró en cierto modo, pero que no terminó de entregarse. Faena sin emoción que acabó en tedio. El quinto fue un torito y salió con muchos pies. Sembró el caos en banderillas cayendo las cuadrillas en pánico y provocando la ira del respetable. El novillero de San Martín del Castañar tuvo una primera tanda muy vibrante, basada en la idoneidad de la altura, pero todo quedó ahí. Cuando quiso someter al de Raso de Portillo, llegaron las complicaciones, a pesar de lo que tiró de concepto y valentía dejando una faena de cierto nivel, pero malograda por los aceros.

El tercero fue también de Alejandro Vázquez, y al igual que el anterior resultó soso desentendido y venido a menos. Cerrato lo intentó muy firme, y dejó algún muletazo de trazo bajo y largo. Lo mejor fue la estocada; y el tercio de banderillas en el que se desmonteraron Carlos Pacheco e Ignacio Martín. Hubo petición, algo excesiva, que no cuajó y el madrileño dio una vuelta al ruedo.

El sexto pareció orientarse y Cerrato optó por abreviar con él. Se dobló un poco y con la espada lo buscó en los bajos. Volvió a desmonterarse Ignacio Martín que dejó uno de los pares de la feria, que la postre le valió para alzarse con el reconocimiento de mejor banderillero del ciclo.