Los toledanos Molina y García Pulido, a hombros en Villaseca

Dominguín
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Entretenida novillada en la que se lidió una seria novillada de Montealto con astados de nota, siendo premiado con vuelta al ruedo el quinto del festejo

Molina estuvo muy firme y artista con el de Montealto. - Foto: Dominguín

La fiesta es del pueblo, y el pueblo quiso que la fiesta acabase en triunfo. Ese tan añorado por todos, donde dos paisanos de la tierra, un torrijeño y un bayolero salieron en volandas del coso con igual resultado, dos apéndices por coleta.

Esta fiesta que cada año atrae a la localidad sagreña miles de aficionados, y en este festejo se notó la presencia de los dos únicos participantes del ciclo de nuestra provincia. Paseíllo parsimonioso y acordes del himno nacional como preludio a una novillada que transcurrió en una tarde nublada y con algo de bochorno.

Salió el primero, serio de verdad al que Jorge Molina lo quiso parar con gusto, pero vio la flaqueza de remos y le condicionó el recibo. Un par de volteretas mermaron aún más al de Montealto, no quedándole más remedio al de Torrijos que torear con suavidad y a media altura para demostrar la gran condición que tiene en sus muñecas. No acertó a la primera y recibió una cariñosa ovación desde el tercio.

Juan Cedillo aguantó a cuerpo limpio intentando salvar su caballo.Juan Cedillo aguantó a cuerpo limpio intentando salvar su caballo. - Foto: Dominguín

Su segundo fue todo un tío, un toro de primera con papeles de utrero. No se amilano Molina y se fue decidido a por él y vio en un par de lances la obediencia del animal a sus engaños, lo que le animó a realizar un recibo de gusto. Se dobló de principio para alargar las embestidas del imponente novillo por ambos pitones, para una vez incorporado empezar a realizar una gran faena en 'La Sagra'. Un trasteo largo con la diestra, arrastrando la pañosa y levantado tremendos oles de los tendidos. Luego por naturales consiguió levantar la temperatura aún más, aunque el animal ya iba acortando los viajes. Volvió con la diestra, preludió de una gran estocada que le valió para pasear emocionado dos trofeos en Villaseca.

El otro espada toledano del cartel fue Guillermo García Pulido, que pecho en primer lugar con un astado complicado que no le puso fácil las cosas. Manseando y acortando el viaje desde el inicio, creó un pánico en la suerte de banderillas. Con la muleta en la mano Pulido quiso mandar y por momentos llevo a su aire al novillo que sólo se dejó tres tandas de entrega. Luego cantó la gallina y buscó la querencia hasta que lo despachó quedando silenciada su labor.

No hay quinto malo dice el refrán, y 'Limonero' no lo fue. Tenía el de Montealto clase, ritmo, potencia y recorrido. Todo esto lo supo aprovechar García Pulido que tras una buena pelea con el de varas lo toreó con gusto y temple. Quiso tirar por bajo con la muleta las embestidas del utrero que no desdeñaba cada provocación con el trapo rojo. Se enroscó el burel, encajándose y culminando las tandas con interminables pases de pecho. No quieria que se le escapase el triunfo y se fue tras el acero enterrándole hasta la empuñadora en el hoyo de las agujas. Muerte fulminante del astado que fue premiado con la vuelta del ruedo, tras lo cual Guillermo García Pulido recibió el doble trofeo más que merecido.

Completaba el cartel Tristán Barroso que tuvo en primer lugar un contrincante que protagonizó un tercio de varas que predijo la condición del cornúpeta. Lo intentó queriendo hacer bien las cosas, pero las tarascadas a destiempo y siempre por encima del palillo de la muleta, dejaron en evidencia la escasa condición de novillo. Lo mató a la primera y se silenció la labor.

Un ramillete de chicuelinas en el centro del ruedo fue el preludio de la faena de Barroso al que cerró festejo. Grande como un tren y pesado fue el de Montes, que derribó al picador, dejando al equino a su ventura. Hasta que apareció raudo y valiente Juan Cedillo que se prendió a las riendas y sólo aguanto las acometidas del astado poniendo en riesgo su vida por salvar la de su animal. Gran ovación para el de Mocejón que demuestra tarde tras tarde su gran profesionalidad. Lo toreo con la muleta a media altura para luego correr la mano en derechazos comprometidos y de emoción. Enterró la tizona y terminó Barroso su periplo por el coso 'La Sagra'.

El ruedo se llenó de aficionados, principalmente de niños que quisieron acompañar a Jorge Molina y a Guillermo García Pulido por la puerta grade del coso villasecano con la noche ya echada.