El Polígono acumula decenas de millones de euros en pérdidas

Galán
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Un mes después de la DANA, el entorno del Ramabujas sigue siendo la zona cero. Las empresas de limpieza siguen operando en las calles y junto a los empresarios afectados prevén que los trabajos se alarguen alrededor de un mes

Algunas de las empresas de la calle Río Jarama han retirado miles de toneladas de fango a lo largo del último mes, lo que les complica recuperar la totalidad de su actividad laboral. - Foto: David Pérez

Se suele decir que las situaciones extremas requieren medidas extremas. Algo así reivindican los propietarios de las empresas más afectadas por la DANA que justamente hoy cumple un mes desde que azotó a Toledo. Pese a que los daños se extendieron por el conjunto de la ciudad, la zona cero de las inundaciones se ubicó en una parcela muy concreta del Polígono Industrial, la que se ubica junto al cauce del arroyo Ramabujas y que afecta a tramos de la calle Río Jarama, Río Mundo o Molinos de Viento. 

Son vías en las que confluyen multitud de empresas locales con actividad nacional e internacional. Gran parte de los focos se los llevó la base de Unauto por el servicio público que presta a la ciudadanía y por los daños que acumuló en su sede. Actualmente, la última hora de esta compañía reside en que no podrá recuperar ninguno de los vehículos que se encontraban estacionados en sus instalaciones el pasado 3 de septiembre y que desempeñan las funciones de transporte urbano en la ciudad.

Junto a la sede de Unauto, en la calle Molinos de Viento y las colindantes, la imagen de los vehículos de limpieza operando en la zona se ha convertido en algo habitual, porque los trabajadores de empresas privadas encargadas de estas funciones no han parado de trabajar para restaurar la normalidad en este mes. De hecho, los propios trabajadores de esta labor coinciden con las estimaciones de varios propietarios de las empresas de la zona sobre el período en el que creen que se recuperará la normalidad. No esperan que esta situación se alcance al menos hasta dentro de otro mes. Los más pesimistas apuntan, incluso, a «dos meses largos». 

Algunas de las empresas de la calle Río Jarama han retirado miles de toneladas de fango a lo largo del último mes, lo que les complica recuperar la totalidad de su actividad laboral. Algunas de las empresas de la calle Río Jarama han retirado miles de toneladas de fango a lo largo del último mes, lo que les complica recuperar la totalidad de su actividad laboral. - Foto: David PérezUna situación que se resume a simple vista, donde el fango se acumula por las esquinas acompañado de turismos sobre las aceras arrastrados por la ríada.

Otro servicio municipal que se vio afectado por esta situación meteorológica fue Tagus, la empresa concesionaria del abastecimiento de agua, y cuya sede se ubica en la misma calle que Unauto. Su gerente informa de que ellos tuvieron que reponer el servicio de manera inmediata, pero eso no significa que sigan teniendo sus instalaciones «en unas condiciones muy malas». Tratan de restaurar maquinaria muy dañada o tabiques que han quedado «completamente destrozados».

Unos u otros casos presentan daños diversos, de mayor o menor gravedad, pero la mayoría coinciden en su disconformidad con las ayudas que están recibiendo por parte de las administraciones o de las compañías de seguros. En el caso de Tagus, la empresa informa de que aún se encuentran en pleno proceso de peritaje y que la cantidad a percibir por los daños es de 30.000 euros aproximadamente. Cuantía que ellos mismos califican de insuficiente y que les sirve realmente «de poco» para paliar los daños.

Algunas de las empresas de la calle Río Jarama han retirado miles de toneladas de fango a lo largo del último mes, lo que les complica recuperar la totalidad de su actividad laboral. Algunas de las empresas de la calle Río Jarama han retirado miles de toneladas de fango a lo largo del último mes, lo que les complica recuperar la totalidad de su actividad laboral. - Foto: David PérezPrilux, empresa dedicada a la iluminación y también asentada en la zona, cuantifica el siniestro en una cantidad cercana a los tres millones de euros. Su CEO informa a La Tribuna de que han estado de dos a tres semanas sin poder servir material a sus clientes, encontrándose ahora en plena distribución por la campaña de navidad . Pese a que han podido ir recuperando la actividad gracias a subcontratas, hasta ayer no pudieron empezar a retomar la presencialidad en sus instalaciones de Río Jarama, aunque eso sí, sólo «al 25 o 30 por ciento». Esperan poder alcanzar el 80 por ciento la próxima semana.

El representante de Prilux afirma que ellos, al menos, cuentan con garantías de cubrir los daños por el seguro que tienen contratado, pero cree que si dependieran únicamente de las ayudas de las administraciones «estaríamos en la miseria». Por eso, recomienda poner el foco en las empresas más pequeñas, porque «son las que pueden verse obligadas a cerrar su negocio».

Otras compañías como Radisa Toledo, dedicada a la distribución de la madera o carpintería, no pueden hablar de cantidades económicas porque aún están realizando inventarios sobre los daños acumulados. En esta empresa se muestran altamente preocupados porque las pérdidas hasta el momento son «considerables» y no tienen una percepción temprana de que puedan recuperar los ingresos habituales en un largo período de tiempo.

Uno de sus almacenes, el exclusivo para la madera, ha quedado completamente inutilizado, igual que ocurrió con la tienda para atención al público con la que contaba en sus instalaciones, ya que el local llegó a aglutinar hasta metro y medio de agua de profundidad. 

«No nos da para comer», recalca una de sus trabajadoras. Ésta desea que las administraciones se vuelquen en ayudarlos como anuncian, pero hasta el momento no se muestra muy confiada de que la ayuda vaya a ser suficiente. De hecho, la trabajadora critica que lleva 13 años trabajando allí «y no he visto nunca que limpien siquiera la calle». Por ello, revela que la empresa está evaluando cambiar la ubicación de la misma «porque a lo mejor no vuelve a ocurrir una inundación como ésta en dos meses o en 10 años, pero ya vivimos con miedo».

Otras empresas se salvaron por pocos metros. Es el caso de Neoblock, dedicada a la construcción, que pese a estar ubicada junto al cauce del Ramabujas la pendiente ascendente de la calle hizo que las inundaciones no entraran en el interior de su nave. Su gerente revela que esta situación les salvó de daños similares a los de sus vecinos e informa de que ellos sólo tuvieron que retrasar su actividad laboral los tres o cuatro primeros días tras las fuertes lluvias.

Independientemente de la gravedad de cada caso, la actividad en el Polígono Industrial sigue sin recuperar la normalidad ni el aspecto habitual de sus calles, lo que se prevé que no llegue hasta, al menos, otros 30 días más. Como poco.