Las últimas lluvias «salvarán» la cosecha de la lavanda

Inmaculada López / Belén Monge
-

Aunque las severas sequías de los dos últimos años echaron a perder sobre el 40 por ciento de las plantaciones más longevas, las precipitaciones de las últimas semanas serán especialmente beneficiosas para los cultivos jóvenes de esta aromática

Juan José de Lope, director comercial de Alcarria Flora, empresa alcarreña dedicada al cultivo, destilación y comercialización de la lavanda y sus productos derivados. - Foto: Javier Pozo

Los agricultores guadalajareños que se dedican a la lavanda respiran más tranquilos después de las últimas precipitaciones caídas en la provincia. La prolongada ausencia de lluvias acontecida durante el invierno y los primeros meses de la primavera junto con las elevadas temperaturas auguraban otra temporada nefasta para esta codiciada planta aromática. Sin embargo, el giro que dio la meteorología en las últimas semanas ha sido «tremendamente beneficioso» para este cultivo. Así lo explica Juan José de Lope, director comercial de Alcarria Flora, empresa alcarreña dedicada al cultivo, destilación y comercialización de esta aromática y sus productos derivados. «La sequía del año pasado y la de éste ha provocado una mortalidad de entre el 30 y el 40 por ciento de las plantas con más de siete años. Pero estas últimas lluvias han dado la vida a los cultivos más jóvenes, los que se han plantado en los últimos cinco años», detalla. «No podemos decir que vaya a ser una cosecha muy buena, pero para lo que nos temíamos, que era cero, creemos que va a estar razonablemente bien», añade. 

Juan José de Lope estima que los trabajos de recolección de la lavanda, el lavandín y el espliego en la provincia darán comienzo entre el 10 y el 20 de julio en la zona de la Alcarria Baja (Mondéjar, Hontoba, etc.) y se prolongarán hasta finales de agosto o principios de septiembre en la comarca del Señorío de Molina. En cuanto al periodo de plenitud de la floración, cuando los campos de esta aromática son visitados por miles de turistas de todo el mundo, de Lope prevé que dará comienzo en torno al 20 de junio y que se prolongará más tiempo de lo habitual. «Si sigue haciendo un climatología de temperaturas suaves como tenemos ahora, eso permitirá que la flor se mantenga más tiempo y poder disfrutarla más días, con suerte hasta principios de agosto, lo que sería magnífico para el turismo de la zona», argumenta. 

Por su parte, Manuel González es agricultor y copropietario de la destilería 'El Jardín de la Alcarria'. Su caso es un claro ejemplo de lo bien que ha venido al campo el agua de primavera, recuperándose las plantas jóvenes de lavanda pero no las más viejas, "que están sufriendo las consecuencias de la sequía de este año del pasado". 

Así, la cosecha de este año será "entre regular y buena", afirma González, que calcula en aproximadamente un 50% las plantaciones que se van a ver afectadadas.  "Mala va a ser", asevera, convencido de que tendrán que empezar a "arrancar" de ellas por haberse secado.

Pero también la sequía afectará a la estética de estos campos, que por algunas zonas lucirán con un color mucho más apagado que el de costumbre, entre otras razones porque algunas plantaciones serán menos frondosas, lo que obligará a algunas agricultores a tener que arrancar y sustituir plantas viejas por otras nuevas.  

 

STOCK DE PRODUCCIÓN

Junto con la meteorología cambiante, otro de los hándicaps que sufren los productores de la lavanda es el elevado stock de productos que todavía hay en el mercado como consecuencia de la crisis del Covid-19. «La pandemia paró en seco el consumo de productos de perfumería y de aceites esenciales, por lo que llevamos dos años de travesía en el desierto, con unos precios por los suelos porque todavía hay mucha mercancía acumulada», comenta de Lope. No obstante, este conocido productor de Cogollor indica que «los consumos del último semestre parece que van mejor y que empieza a haber más demanda», lo que les hace sentir «esperanzados e ilusionados» ante la nueva campaña de la lavanda que está a punto de comenzar.

En la actualidad, la provincia de Guadalajara cuenta con unas 3.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la lavanda, la mayoría ubicadas en la comarca de la Alcarria, destacando el municipio de Brihuega y sus alrededores.