Desde Santa Leocadia, para repartir Salud

Mario G. Gutiérrez
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La Virgen de la Salud procesionó por las calles del Casco Histórico, en el marco de su Fiesta Principal, arropada por centenares de toledanos

Los fieles se volcaron con la Virgen de la Salud en su discurrir. - Foto: L.T.

La temperatura continuó la tónica que ha mantenido durante toda la Semana Santa. Una vez concluida la Pasión, Muerte y Resurrección, era turno de que los fieles pidieran salud, a la Virgen  de la misma advocación, que se encuentra en la iglesia de Santa Leocadia.

Con un sol radiante los devotos se mostraron animosos a acompañar a la imagen, quizá en exceso en algunos casos, participando de uno de los actos más destacados dentro de la Fiesta Principal de la cofradía: la procesión que sigue al Quinario de la Virgen de la Salud.

De este modo, pasaban escasos minutos de las 18:00 horas, cuando tras el rezo del rosario y el Quinario, las puertas del templo parroquial se abrieron de par en par para abocar a las calles del Casco Histórico una talla tan querida por los toledanos y que, lejos de las aglomeraciones de los cortejos de Semana Santa y con un precioso manto verde bordado, volvía a las calles de Toledo.

Cientos de devotos aguardaban la bajada de la imagen por la empinada cuesta que desciende en dirección al edificio de la Diputación y enfilando hacia la Cuesta del Corchete, junto a la banda de música.

Por ahí discurrió la primera parte del cortejo, que evoca una tradición del siglo XVII en recuerdo  de la protección de Nuestra Señora a los toledanos, durante la peste asoladora del año 1614, tal y como recordó el sacerdote durante el Quinario previo al recorrido procesional.

Además de ello, y una vez abandonada la iglesia parroquial de Santa Leocadia, pasó por la Plaza de las Carmelitas, donde como es habitual, se vivieron algunos de los momentos más emocionatescon una estación en el convento de la congregación, donde las religiosas entonaron cantos, motivo por el cual también se congregaron multitud de feligreses.

Una vez concluida la estancia,  se retomó el itinerario habitual, tras haber tenido que acortarlo el pasado año debido a la amenaza de lluvia. Sin duda, el poder completar el itinerario fijado, así como hacerlo sin ningún vestigio pandémico, fueron dos de los hitos más destacados del recorrido procesional.

Tras la celebración de la procesión, tuvo lugar la celebración eucarística con solemne predicación, a cargo de Emilio Tacero Oliva, párroco de Santa Leocadia y quien ha estado encargado de todas las prédicas; tanto de las correspondientes al Quinario, como de la Fiesta Principal.

La celebración tendrá su prolongación hasta el próximo viernes 14, cuando a las 19:00 horas tendrá lugar, además del Quinario y el Rosario, la Misa y el tradicional besamanos de la talla de María Santísima de la Salud.