Regantes y organizaciones agrarias, preocupadas por la sequía

Lola Morán Fdez.
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Escasea el pasto y los ganaderos han de alimentar a los animales con pienso, con subida de costes. Si no llueve según lo esperado, al final de la campaña de riego podría haber dificultades

Regantes y organizaciones agrarias, preocupadas por la sequía - Foto: Manu Reino

La Comunidad de Regantes del Canal Bajo del Alberche y las organizaciones agrarias UPA y Asaja han trasladado su preocupación por las consecuencias de la falta de lluvias para el sector primario, una situación que ya ha adelantado el inicio de la campaña de riego, ha provocado escasez de pasto con el consiguiente incremento de costes y una mermada producción de cereal.

El presidente de los regantes, José Manuel Villegas, explica que si bien la campaña de riego empieza en abril, este año se adelantó al 27 de marzo porque ya había sequía y si bien la intención era «suspenderla» en unos quince días «si llovía», algo que «no ha podido ser». Así, ha señalado que las temperaturas siguen elevadas y no está previsto que llueva y por tanto se prevé que, como sucede en épocas de sequía, la campaña de riego se prolongue  y las necesidades sean «mayores».

El pasado martes se celebró una Comisión de Desembalse de la Cuenca del Tajo y, si se cumpliera la previsión de lluvias que se manejan para los próximos meses, «podríamos tener una campaña casi, casi normal». Sin embargo, «no se han cumplido» ya las del mes de abril, por lo que se espera que llueva en mayo y junio para «poder disminuir algunos días el riego» y así «pasar la campaña con casi normalidad». En caso contrario, «al final de campaña podríamos tener alguna dificultad para regar» y en el caso de algunos cultivos «podría disminuir la producción».

Por todo, los regantes tienen una «preocupación moderada» de cara a ese final de la campaña, en torno a mediados de septiembre y hacen un llamamiento a la población a hacer un consumo responsable del agua.

Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Toledo, su secretaria provincial, Elisa Fernández, ha subrayado que esta situación afecta tanto a agricultores como a ganaderos, por la escasez de pastos para alimentar al ganado. Fernández ha señalado que el cereal «está prácticamente perdido en muchos sitios» a la vez que en el sector ganadero, ante la falta de pasto, han de comprar para alimentar a los animales, lo que incrementa los costes, con el añadido de que el precio del pienso sigue «disparado» por la falta de materia prima.

Ha sumado además la situación que se genera en explotaciones en las que si no llueve no hay agua y que deben llevarla para dar de beber al ganado, lo que hará que el coste se incremente aún más. Por ello, esperan que las lluvias hagan pronto acto de presencia «durante muchos días seguidos pero de manera calmada» para evitar «destrozos».

De igual manera, se ha referido al olivar para plantear que, de continuar las temperaturas elevadas en estas fechas, «no vamos a tener campaña». A este mismo problema se ha referido la presidenta de ASAJA Toledo, Blanca Corroto, quien ha señalado que, ante el adelanto de la floración en un mes, «como el árbol no reciba agua tira la flor» y hará que se quede «sin aceitunas».

Ambas representantes se han referido a la reunión convocada en el Ministerio y a la Mesa por la Sequía en Castilla-La Mancha para abordar una flexibilización de la PAC porque, ante este panorama, no se van a poder cumplir ciertos requisitos para obtener las ayudas, según ha señalado Fernández. Corroto, además, ha destacado la necesidad de que las diferentes administraciones pongan dinero para el sector primario para evitar su desaparición.

En el caso del cereal en secano, para Corroto «ya se puede dar por cosechado» porque «está espigando, se ha quedado a una altura muy pequeña y no ha granado bien». Los ganaderos, además, «llevan dando de comer a los animales todo el invierno como si fuera verano» y a ello se suma «que en muchos sitios se están quedando sin agua», lo que incrementa el coste y plantea «de dónde se saca el agua para dar de beber al ganado».

Ante esta tesitura, los que tienen cebaderos «terminan reduciendo las cabañas ganaderas» porque no pueden soportar estos gastos y todo «es una cadena» con «daños colaterales» para todo el sector primario.