Con Pedro Sánchez en Toledo, entre sol y sombra

Á. de la Paz
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Un calor sin apenas refugio, un despliegue de seguridad con zódiac por el Tajo y la presencia de medio millar de personas marcaron el primer gran acto de precampaña de los socialistas

Con Pedro Sánchez en Toledo, entre sol y sombra - Foto: Yolanda Lancha

A Pedro Sánchez le recibieron en Toledo casi medio millar de afiliados socialistas y el sol del mediodía. El presidente, con camisa azul arremangada, echó en falta más complementos para protegerse del calor que sacudía la ribera del Tajo. «Se me olvidaron las gafas de sol», dijo al inicio de su discurso. El sofoco le facilitó la explicación de sus propuestas en materia ecológica. «Hay un Gobierno que defiende que estas temperaturas no son normales», aseguró.

Los socialistas escogieron el cigarral del Ángel para su primer gran acto de precampaña en Toledo. Reunieron a varios centenares de simpatizantes, alcaldes y concejales de la provincia en buena medida, e invocaron un pasado tan reciente como feliz en tal lugar. «Para nosotros este sitio es emblemático, aquí hemos celebrado nuestras últimas victorias electorales y aquí volveremos la noche del 28 de mayo», apostó Álvaro Gutiérrez, presidente de la Diputación. El dirigente de la institución provincial, primero de los tres oradores, se aventuró por una gran victoria electoral de Milagros Tolón en el Ayuntamiento de Toledo. «El trabajo que has hecho en la ciudad es envidiable y la pone entre las destacadas de España; tendrás la mayoría absoluta».

Cuando la alcaldesa se encaramó al escenario, parte de la concurrencia se había situado en las zonas de sombra. Para entonces, una bandera socialista tapaba la cabeza de un asistente y otra protegía una pantalla de ordenador. Tolón refrescó los lazos entre Toledo y Madrid, un vínculo estrechísimo en los días difíciles de la nieve y el hielo.

Llegó Sánchez y a los pocos minutos se hizo la sombra. Al presidente lo acompañó un dispositivo de seguridad con lancha motora sobre el Tajo incluida. Sus hombres de negro advertían a los allí presentes de que no permanecieran de pie sobre los muretes del patio que además de vista profunda facilitan el asiento. «Bájese, caballero, no tengamos un disgusto», dijo uno de aquellos -este sí con gafas de sol.

El presidente remarcó el compromiso de su Ejecutivo con Palomarejos. Habló de corredores verdes, residencia de estudiantes y viviendas. Pero se le trabó el nombre del barrio. «¿Se dice así?», se preguntó tras un primer intento infructuoso.

Moncloa ha convertido a la vivienda en el tema de la semana. Desde el pasado domingo, no cesan los anuncios sobre dicha materia. Aunque Emiliano García-Page diga que las que le quedan a la Sareb «es mejor que se ofrezcan a que estén paradas y muertas de la risa», Sánchez se afana en una propuesta a la que cada vez le añade más promesas. En Toledo prometió impulsar la construcción de 43.000 nuevos hogares en régimen de precio asequible.

Junto a Sánchez vino Isabel Rodríguez, «la ministra de Castilla-La Mancha», según la definió la alcaldesa de Toledo, aunque no habló. La presencia del Ejecutivo autonómico se concretó en la presencia de Blanca Fernández, portavoz y titular de Igualdad. El diputado en las Cortes regionales Fernando Mora también se personó en el Ángel.

Sánchez mostró su fe en la victoria, en mantener un poder que, mirando desde Toledo, alcanza los escalones municipal, provincial, autonómico y nacional. «El próximo 28 de mayo la gente va a defender con su voto lo que piensa». Gutiérrez está convencido de que «nadie» de los que les votaron hace cuatro años «tiene motivos para cambiar» el sentido de su voto.