La N-400 sigue cerrada por la presencia de un socavón

Á. de la Paz
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El mantenimiento de la vía corresponde al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Quejas entre los usuarios de la ruta por la falta de soluciones

El socavón se ha producido pocos metros después del pk. 8 de la N-400. - Foto: La Tribuna

Un socavón de gran magnitud sobre la calzada de la N-400 impide la circulación del tráfico en la carretera que comunica Toledo y Cuenca, víal que atraviesa los barrios de Santa Bárbara y el Polígono y que circunvala una importante porción de la corona de la ciudad. El arcén izquierdo de la carretera -en sentido creciente del kilometraje- ha cedido por el arrastre de la lluvia en un punto aproximado al kilómetro 8,100, enfrente del centro de formación de la empresa de tractores John Deere. La carretera permanece cortada entre los puntos kilométricos 8,000 y 12,860, este último ya situado en el término municipal de la madrileña Aranjuez, según la información que facilita la Dirección General de Tráfico en su página web.

La reparación de la carretera recae sobre el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, titular de la vía. El pasado martes, el alcalde de Toledo aseguró en una rueda de prensa que el arreglo de esta vía requerirá de «una actuación con carácter de urgencia». El camino ahora clausurado es la puerta de entrada diaria de miles de personas a la capital regional. 

Los conductores afectados exigen una pronta solución para un problema del que se desconoce su magnitud real. Además del socavón que ha obligado al cierre del tráfico, son visibles otros peligros como la acumulación de masas de agua cerca del asfalto o la presencia puntual de lodo y ramaje.

La carretera permanece cerrada por los daños de la DANA.La carretera permanece cerrada por los daños de la DANA. - Foto: David Pérez Trabajadores, turistas o pacientes recorren de forma habitual la ruta temporalmente inhabilitada rumbo a la ciudad. Los perjudicados explican que la única advertencia del corte que encuentran son «dos vallas cruzadas impidiendo el paso de vehículos», sin que haya ofrezca una alternativa por otras carreteras.

«Somos miles los trabajadores que utilizamos a diario esta carretera», explica una de las conductoras perjudicadas. «Estamos buscándonos la vida en carreteras secundarias, lentas y peligrosas, para acudir a nuestros trabajos», añade.

Desde el cierre de la N-400, esta mujer necesita de «40 minutos más todos los días de trayecto en coche» para llegar a su puesto de trabajo. Un problema similar encuentran los viajeros procedentes de las diferentes localidades de la comarca de la Mesa de Ocaña.