«Hay que buscar nuevas formas de expresarse creativamente»

J. Monroy
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Carolina Corvillo, hablará de las sinsombrero esta tarde, desde las siete, en el Club de Lectura de este mes que organiza la librería Cascaborra de Toledo

«Hay que buscar nuevas formas de expresarse creativamente»

La pintora Maruja Mallo, las poetas Ernestina de Champourcin y Josefina de la Torre, la bailarina Tórtola Valencia y la escultora e ilustradora Marga Gil son cinco valientes creadoras españolas, cuya historia se recoge en la novela gráfica 'Ellas iban sin sombrero'. Con su obra y actitud vital desafiaron los prejuicios contra las mujeres artistas.

La guionista del cómic, Carolina Corvillo, hablará de ellas esta tarde, desde las siete, en el Club de Lectura de este mes que organiza la librería Cascaborra de Toledo.

Carolina, ¿llevas sombrero?

«Hay que buscar nuevas formas de expresarse creativamente»«Hay que buscar nuevas formas de expresarse creativamente»La verdad es que no, porque creo que me queda mal, no me gusta, aunque si me quedara bien lo llevaría. El 'sinsombrerismo' surgió en los años veinte, en Madrid. Era una forma de rebelión antes las viejas formas, una llamada a la vanguardia, a explorar nuevas formas creativas. Llevar sombrero por la calle era una seña de elegancia. Ramón Gómez de la Serna publicó varios artículos e hizo un llamamiento a la rebelión desde un punto de vista humorístico y cultural. Básicamente decía que con el sombrero las ideas se abotargaban, que las grandes eminencias de la historia nunca habían llevado sombrero y que por eso habían pasado a la posteridad.

¿Y estas cinco mujeres?

Maruja Mallo, que es una de las mujeres sin sombrero, cuenta una anécdota. Estando con Federico García Lorca, Margarita Manso y Dalí en la puerta del Sol, decidieron quitarse el sombrero, como impulsaba Ramón Gómez de la Serna. La reacción de la gente fue insultarles, tirarles piedras y llamarles «maricones» y se tuvieron que esconder en la puerta del metro. Maruja Mallo era un poco exagerada, pero me parece muy relevante. Este es el 'mito fundacional' de las sinsombrero. Tània Balló Colell recoge a mujeres de la Generación del 27, artistas, creadoras, escritoras, escultoras, que no han tenido el suficiente reconocimiento. Ella les da el nombre de las sinsombrero en referencia los artículos de Gómez de la Serna y la anécdota de Mallo. No es que fueran un grupo de mujeres que se llamaran a sí mismas las sinsombrero, algunas se conocieron, otras no; pero sí pertenecen a disciplinas artísticas diferentes y forman parte de un movimiento cultural.

¿Por qué no se les da ahora la importancia que merecen?

Ellas sí tuvieron relevancia, pero con el devenir de la historia y el exilio fueron cayendo en el olvido y Tània Balló Colell realizó esta labor de recogerlas a todas. De su obra surge la inspiración para mi novela gráfica.

¿Cómo surgió tu cómic?

Participé en la Residencia de Estudiantes en un tour guiado hace seis o siete años. En una parte del recorrido, una de mis profesoras de Teatro Música, Ana Moreno, apareció disfrazada de Maruja Mallo. Ella tiene una pequeña pieza teatral sobre las sinsombrero, basada también en el libro de Tània Balló Colell y representó a Maruja Mallo contando la historia de estas mujeres. Lo hizo genial. Y allí fue el primer contacto que tuve con las sinsombrero. A partir de ahí comencé a leer muchísimo sobre ellas. Pasados los años, me puse en contacto con varios artistas y me dieron la idea del cómic, que es un formato que me encanta, en confluencia de la literatura con lo visual, tiene todo lo que me apasiona. Le planteé el proyecto al editor y creador de Ponent Mon, Amiram Reuveni, y en seguida nos dio el pistoletazo de salida y libertad total.

¿Tus novelas gráficas siempre tocan la mujer?

Mis cómics 'Ellas iban sin sombrero' y 'Maruja Mallo' (que era una sinsombrero) tienen en común esta reivindicación de figura femeninas. Tiene que salir pronto, ya está terminado, el cómic sobre la princesa de Éboli. Está en proceso otro sobre La Bella Otero y estoy escribiendo también sobre Isabel 'la Católica'. Creo que es interesante hablar sobre ciertas figuras femeninas, pero no me quiero dedicar exclusivamente a escribir de mujeres. Si también hay una figura histórica masculina que me interesa, también voy a acercarme, de hecho, las hay.

¿Qué vas a contar esta tarde en la librería Cascaborra de Toledo?

Quiero reivindicar la figura de estas mujeres, que me parecen increíbles, lo que engendraron artísticamente es maravilloso, así que quiero que la gente tenga curiosidad y se asome a sus obras. Aparte, me gustaría transmitir la idea de que la gente ya no lleva sombrero, va como quiere, pero incluso en nuestra época, debido a ciertas situaciones, o incluso la autocensura que parece que nos estamos imponiendo, también es interesante buscar nuevas formas de quitarse el sombrero y expresarse creativamente y con libertad.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?

A Toledo volveré a la Feria del Cómic, estoy invitada y estoy encantada. Mientras tanto estoy en proceso de revisión de mi última novela. Aquí siempre tiro por temas un poco más intimistas o con personajes originales ambientados en época actual. La novela de momento se titula 'Eres mala, Jezabel', es un título provisional. Tiene también a una mujer como protagonista, pero con un corte más existencialista y de humor negro, una serie de experiencias en la época actual. En teatro estoy escribiendo algo en una fase muy primaria.