Los hoteles de la ciudad reciben casi 600.000 viajeros en 2023

Á. de la Paz
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Tres de cada diez turistas son extranjeros, una proporción más alta que la del conjunto de la región. Las pernoctaciones rozan el millón de noches, con octubre como mes preferido

Las cifras de viajeros y pernoctaciones se incrementaron respecto al anterior 2022. - Foto: Yolanda Lancha

Los establecimientos hoteleros ubicados en la ciudad de Toledo recibieron 591.445 viajeros durante 2023. Aproximadamente, el 30% de los visitantes que se hospedaron en la capital regional (173.883) tenían la nacionalidad extranjera. El turismo nacional, con 417.562 personas alojadas a lo largo del año recién finalizado, supuso el principal aporte para un sector decisivo en el tejido económico municipal. El volumen de pernoctaciones alcanzó las 959.124 noches contratadas y disfrutadas en un hotel toledano.

Los datos con que cierra 2023 apuntan a la buena salud de la actividad turística en la ciudad. Respecto a 2022, el número de viajeros se incrementa un 9,4%. Comparativamente, el acumulado de viajeros ha añadido unos 50.000 huéspedes más en un año. Un repunte similar se observa en la estadística referida a las pernoctaciones. Entre los dos ejercicios, Toledo ha sumado un 8,9% más de estancias en sus establecimientos hoteleros, lo que supone casi 60.000 noches más. El acumulado de visitantes de 2023 fue, sin embargo, inferior al registrado en 2019, año anterior al estallido de la pandemia. En aquel ejercicio se contabilizaron 598.903 llegadas, unas 7.000 por encima del último dato. Las pernoctaciones, sin embargo, han concluido el último año con una suma más cuantiosa: durante 2019, se produjeron 912.549 estancias, unas 46.000 menos.

Octubre, con 61.422 viajeros registrados en los alojamientos hoteleros de Toledo, fue el mes con mayor afluencia de visitantes, un dato que también se trasladó al indicador de noches disfrutadas, con casi 98.000 estancias. Más allá del décimo mes, los mejores datos turísticos en Toledo se alcanzaron en agosto, septiembre, abril, mayo y junio. Como norma general, y con la excepción de agosto (por otra parte, el mes vacacional y festivo en España por excelencia) se observa que el turista tiende a elegir la ciudad durante las estaciones templadas y en periodos de entretiempo.

El peso del viajero procedente de terceros países resulta especialmente significativo en la capital autonómica. Su proporción es, además, mayor que en el conjunto de la región. Castilla-La Mancha sumó 2,23 millones de viajeros el año pasado, de los que casi 1,86 millones tenían nacionalidad española. En la región, apenas el 16,7% de los visitantes hospedadados en hoteles procedían del exterior.

La ciudad cerró el año con 61 establecimientos hoteleros abiertos al público. El parque de alojamiento tradicional ofrece unas 2.200 habitaciones y alrededor de 4.500 plazas para el disfrute del viajero.

El reto del turismo en Toledo pasa, por una parte, por convencer a los visitantes de que hagan noche, y por otra, por extender durante más tiempo sus estancias nocturnas en la ciudad. El grado de ocupación por plazas se situó en el 57,7% durante el año pasado, con abril, septiembre y octubre por encima del 68% y enero en el 43,5%. Los guarismos de Toledo en este indicador también mejoran los del promedio regional: Castilla-La Mancha disfrutó de una ocupación media del 41,5%, una tasa que en los fines de semanas escala dos puntos, hasta el 43,5%.

Los fines de semana de abril alcanzaron una ocupación del 85%, la cota más alta de 2023. Los sábados y domingos de enero tuvieron la cifra más baja, con apenas el 62,2% de la oferta hotelera de la ciudad cubierta, una cifra -en cualquier caso- muy por encima de las que suelen ser habituales en otros lugares de la comunidad autónoma y en diferentes enclaves del interior peninsular. La elevada porción de plazas ocupadas en los hoteles tradicionales se adivina como otra de las razones que impulsa los alojamientos extrahoteleros, aquellos que incluyen los pisos y apartamentos turísticos.

GRAN PESO EN LA PROVINCIA. Respecto al conjunto de la provincia, los viajeros en la ciudad supusieron un porcentaje de casi el 69%. Así, siete de cada diez turistas llegados al territorio consideraron la ciudad patrimonio como el punto más representativo por su interés histórico, urbano y cultural. Entre los 857.671 visitantes registrados, algo más de 650.000 procedieron del resto del país (75,9%).

Fueron 206.621 los ciudadanos extranjeros que visitaron la provincia el pasado año. La ciudad, por su parte, acumuló a 173.883 de ellos: Toledo reunió al 84,2% del turismo internacional; es decir, cinco de cada seis visitantes procedentes de terceros países que pasaron al menos una noche en un hotel de la provincia lo hicieron en uno erigido en su capital.

POCA ESTACIONALIDAD. Los hoteles de la ciudad dan trabajo a unas 600 personas. Se trata de una forma de empleo directo y que no tiene en cuenta otros puestos y desempeños relacionados con esta actividad terciaria. La hostelería y el comercio son otros dos ámbitos que también se nutren de la multitud que recala en Toledo.

Según los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor volumen de contratación se alcanzó en agosto, uno de los meses con más actividad, con hasta 643 contratos al mismo tiempo. La cifra ha caído levemente por debajo de los 600 al cierre del año; en los primeros meses de 2023, por su parte, fueron casi medio millar los empleados por estos negocios. La regularidad de las cifras redundan en la condición de Toledo como destino óptimo durante buena parte del año.