César Pacheco

Tribuna Abierta

César Pacheco


Talavera y su difícil relación con el medio natural

12/09/2023

Han pasado más de tres meses y el vecindario talaverano se pregunta qué pasa con los Jardines del Prado. Por su estado lamentable más parece un solar abandonado a su suerte que un jardín histórico. Más se acerca a la imagen de un campo de batalla con trincheras semienterradas, donde se suponen que iban las instalaciones de riego e iluminación o saneamiento. Se nos ha dicho que hubo razones presupuestarias en las que una revisión del monto original de la obra exigía un aumento de un 40 % del inicial. Dijimos en su momento que la intervención nos parecía descabellada, megalómana y hasta cierto punto innecesaria. No voy a repetir mis argumentos por manidos, para defender una gestión de estos espacios de forma progresiva y sobre todo, respetuosa con el medio en el que se interviene. Más allá de la lamentable situación en la que se encuentra el conjunto nos llama la atención el silencio gubernamental y la inoperancia. El anterior equipo debió de dejar las cosas mal atadas con la empresa cuando esto no avanza. Tras el cambio de gobierno municipal, cuando esperábamos que se solucionaran los escollos  burocráticos y de presupuesto y se reiniciaran inmediatamente las obras, muy al contrario, vemos como la superficie vegetal y la basura se acumula en el Prado. Es de escándalo.
Aparte de lo grave del asunto ambiental está la afrenta al patrimonio cultural de los Jardines del Prado, declarados BIC con categoría de Jardín Histórico. No entendemos cómo la Consejería de Cultura no reclama, exige y pide responsabilidades por lo que supone de deterioro y perjuicio provocado en bienes patrimoniales.  El recinto está volviendo a ser un locus naturae,  donde la propia fuerza vital de la naturaleza transforma lo que había sido un espacio antrópico. A lo mejor tenemos que dejar que la madre natura lo gestione ya que los humanos somos incapaces de hacerlo.
No es la primera vez, ni desgraciadamente la última, que en Talavera ciudad y en su territorio,  los órganos de ámbito municipal, regional o nacional llevan a cabo una ofensiva política contra el medio ambiente. Lo último nos llega por mano de los compañeros de la Asociación ARDEIDAS, que denuncian el grave atentado ecológico producido por la mismísima Confederación Hidrográfica del Tajo en el bosque de ribera, en pleno cauce del río Alberche junto a la presa. En medio de una crisis ecológica y climática como la que vivimos se opta por la deforestación y la eliminación de zonas con alto valor de biodiversidad natural. 
¿Qué nos está pasando? ¿Qué sentido puede haber para poner en marcha medidas y acciones tan nocivas y ofensivas contra nuestro propio medio? La pasividad y neutralidad de los ciudadanos genera que los poderes políticos lleven a cabo insensatas políticas y disparatados proyectos emanados muchas veces de una clase tecnocrática que hace de la capa un sayo, y se lleva por delante siglos de pausada reflexión eficaz en esa siempre difícil relación entre el ser humano y el medio. Estos casos del Prado y el río Alberche son buena muestra de ello. ¡Cuántas veces en aras de ese  "proyectismo"  postmoderno y  esnobista se nos ha privado de paisajes, ambientes y recursos patrimoniales naturales e históricos? 
En Talavera hay muchas deudas pendientes. Y una de ellas es una respetuosa y tolerante relación con nuestros árboles, nuestros bosques, espacios de singular belleza en el monte, en el río, en los sotos, en las dehesas, pero también en esos espacios antrópicos naturales como son los jardines y parques. Por favor, que la clase política tenga un mínimo de compasión y sensatez con nuestro medio urbano y natural. Ya es por supervivencia de nuestra especie. Empezando a actuar localmente se puede conseguir transformar lo global.