Miguel Ángel Sánchez

Querencias

Miguel Ángel Sánchez


Meta, Talavera y el agua

30/06/2023

Vaya lo primero por delante: en Talavera de la Reina puede instalarse Meta y veinte Metas más. Igual que pueden ubicarse tres o cuatro campos de golf más, unos cientos de hectáreas de regadío, y cualquier empresa que demande agua. Porque el agua no es un aspecto limitante. Sí, hay que ahorrar, pero no siempre los de siempre y en los mismos sitios, donde además tenemos tanta agua que somos «excedentes» y casi hasta donantes universales. Esos seiscientos millones de litros que en situación extrema se gastarían durante un año –refrigeración, riego de zonas verdes y demás incluido– que llenan titulares y que censuran con tanta alegría el proyecto, equivalen, por poner un ejemplo, a lo que se va por el trasvase Tajo-Segura en seis o doce horas. Se trasvasan -bajando a la unidad litro, para que dé más impresión– al Segura de media al año más de trescientos treinta mil millones de litros de agua «excedente» del Tajo. Del Alberche se «trasvasan» a Madrid alrededor de doscientos mil millones de litros para beber e industrias. Y ahora, como nueva sangría al Tajo, el trasvase al Guadiana –para beber, agroindustria y liberar más dotaciones para riego– se va a llevar más de diez mil millones de litros al año. Lo que precisaría Meta en el caso más extremo de demanda, sería el 0,18 % de lo que se va por el Tajo-Segura; el 0,3 % del excedente del Alberche que se va a Madrid; o el 6 % de lo que se va a trasvasar a la Mancha. Es decir: nada.
Nada. El volumen que usaría Meta no es relevante, y más en una localización donde las aportaciones medias del Tajo se acercan –deberían– a los 4.000 hectómetros cúbicos, a cuatro billones de litros, es decir, cuatro millones de millones de litros en la unidad usada para impresionar al personal. Y además tuvieron la mala idea de fundarnos hace unos milenios junto a dos ríos, y encima de un acuífero inmenso. El agua no es limitante, al contrario: está más que garantizada física y, lo que es más importante, blindada jurídicamente. Eso, en España, sólo ocurre en el Tajo al ser todos los usos de la propia cuenca prioritarios, y estar declarados como excedentes hasta 650 hectómetros cúbicos –seiscientos cincuenta mil millones de litros, más de mil veces lo que demandaría Meta– en la propia cabecera. Recuerdo, para dejar ya los números, que el actual Plan de cuenca del Tajo, en el BOE desde hace unos meses –y que sigue siendo ilegal y no fija caudales ecológicos ni en Talavera de la Reina, y en todo el río desde Entrepeñas hasta El Puente del Arzobispo–, nos ha «quitado» de una tacada a Talavera 14,82 hectómetros cúbicos anuales de agua del Alberche para los regadíos del Canal Bajo, catorce mil ochocientos veinte millones de litros sin que nadie haya dicho nada. Ya sólo con eso se pueden abastecer 25 Metas. Repito: sólo con lo que nos ha quitado hace cuatro meses el Plan del Tajo con la aquiescencia del personal…
Hasta ahora habíamos asistido a la consumación de una planificación que nos ha ido dejando sin Tajo y sin Alberche. pero con la polvareda levantada con el asunto de Meta desde el principio tengo claro hay algo más: un salto cualitativo que ya no sólo implícita y explícitamente exige que el agua cree riqueza en otro sitio, sino que ataca directamente las posibilidades de desarrollo económico que puedan plantearse para Talavera de la Reina basadas en sus recursos endógenos, su situación y sus oportunidades. ¿O es que ya podemos considerar que no son nuestros los derechos del Alberche y del Tajo, ríos que empecinadamente siguen pasando por aquí, aunque vacíos y exportados? Mucho cuidado con esto porque no es casual. No sé si Meta se instalará algún día en Torrehierro. Pero puede hacerlo. Lo demás ruido e intereses para que sigamos cómo y donde siempre.