Hace apenas unos días, Donald Trump generó -una vez más- polémica al asegurar en un acto de campaña que quiere comprarse una pistola. Una adquisición que sería ilegal, puesto que cualquier persona que como él se enfrenta a cargos criminales, no puede acceder a un arma. Y ayer la controversia volvió por el mismo camino, aunque esta vez sin hablar de sí mismo, pero sí de la necesidad de que las armas -el republicano es un fiel seguidor de la todopoderosa Asociación Nacional del Rifle- puedan acabar con los masivos saqueos que se están viviendo en Estados Unidos y especialmente en California por parte de grupos organizados.

Así, el expresidente de EEUU sugirió que tanto la Policía como los comerciantes deberían disparar a las personas que entran a robar masivamente.

«Detendremos inmediatamente todos los saqueos y robos», afirmó el magnate en un discurso ante los republicanos de California.

«Es algo muy simple: si robas una tienda, puedes esperar que te disparen cuando salgas de esa tienda», sostuvo, para espetar a su entregado público: «¡Disparen!».

Ya durante su primer año en la Casa Blanca, el ahora aspirante a volver a la Presidencia de Estados Unidos instó a la Policía a que fuera más dura con los sospechosos detenidos por delitos como el hurto. Y ahora, en plena precampaña de las primarias republicanas para las elecciones de 2024, volvió a subir el tono: «La noticia de que les dispararán se difundirá en cuestión de minutos y nuestra nación, en un día, será un lugar completamente diferente».

«Debe haber represalias por el robo, la destrucción y la ruina de nuestro país», agregó el exdirigente.

Pero en su discurso tuvo también presente la inmigración ilegal, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta California, haciendo hincapié en el cierre de la frontera con México y acusando al Gobierno de Joe Biden de «mantenerla abierta». «Vamos a tener la operación más grande de deportaciones», auguró en caso de que vuelva a la Casa Blanca.

«Revertiremos el declive de Estados Unidos y pondremos fin a la profanación de su otrora gran estado, California», afirmó. «Este ya no es un gran estado. Este es un vertedero. El mundo está siendo arrojado a California. Prisioneros. Terroristas. Pacientes mentales», lamentó.

Asimismo, también cargó contra Biden, a quien llamó el «peor presidente» y el «más corrupto» que ha tenido el país, y contra su principal rival en las primarias, el gobernador de Florida Ron DeSantis, al que recordó que «fui yo quien tiñó de rojo Florida».