El dispositivo del 23-J incluye 1,2 millones de papeletas

Á. de la Paz
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Las generales convocan a casi 530.000 toledanos a las urnas. Delegación del Gobierno repartirá «una gran cantidad de agua» y valora la instalación de ventiladores en los colegios

El dispositivo del 23-J incluye 1,2 millones de papeletas - Foto: David Pérez

Un total de 529.136 toledanos están llamados a votar en las elecciones generales que se celebrarán el domingo 23 de julio. Se trata de una cifra levemente inferior a la registrada en los pasados comicios municipales del 28 de mayo, una cita en la que los residentes de determinadas nacionalidades sí pudieron participar (extranjeros residentes en España cuyos respectivos países permitan el voto a los españoles en dichas elecciones). En la provincia se instalarán 903 mesas con sus respectivas cabinas y habrá 1.850 urnas.

El dispositivo logístico preparado por la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha prevé, además, el reparto de 3.700 actas de constitución, 3.200 actas de escrutinio y otras tantas actas de sesión. Asimismo, se dispondrán 1,2 millones de papeletas y sobres para el ejercicio de la soberanía popular. La provincia se estructura en seis juntas electorales de zona (JEZ) diferentes: Ocaña, Orgaz, Quintanar de la Orden, Talavera, Toledo y Torrijos. El «habitual despliegue» de seguridad, según lo define Carlos Ángel Devia, subdelegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, incluirá agentes tanto de la Policía Nacional, en las ciudades de Toledo y Talavera, como de la Guardia Civil, en el resto de las localidades del territorio provincial. En los pueblos más pequeños habrá «patrullas continuas» que «se asignan a varios municipios». Los uniformados velarán por el normal discurrir de la jornada.

Algunos colegios electorales han tenido que cambiar su ubicación por la coincidencia de actividades festivas próxima. En estos casos, los ayuntamientos han remplazado a los colegios. En La Puebla de Montalbán, un municipio que celebrará un festejo taurino popular el día de los comicios, la cercanía del evento con un punto tradicional de votación ha requerido de la búsqueda de un nuevo espacio.

Las incidencias más comunes durante la celebración de cualquier jornada electoral suelen estar relacionadas con la demora o la ausencia de los miembros de la mesas electorales. «El retraso en la incorporación» de estos ciudadanos, explica Devia, se erige en uno de los escasos problemas que sacude el normal funcionamiento en estas fechas. Agentes de seguridad se personan en los domicilios de aquellos vecinos que han resultado elegidos para integrar las mesas y que no han aparecido en el colegio una hora antes del inicio de las votaciones.

También se dan algunos casos relacionados con «el intento de influir» que determinadas personas ejercen sobre otras en el interior de los colegios electorales. Del mismo modo, hay votantes que descolocan -ya sea de manera voluntaria o por buscar la que desea escoger- las papeletas dispuestas en las cabinas, espacios en los que puede se puede seleccionar la papeleta preferida con mayor privacidad.

En cualquier caso, «el problema más gordo es introducir sobres en la urna indebida», cuenta Devia. Las elecciones generales renuevan la Cámara Alta y la Cámara Baja. Los sobres color sepia se corresponden con el Senado, mientras que los sobres blancos permiten escoger para el Congreso. Pese a la manifiesta diferencia visual entre ambos, estos errores tienden a ser más o menos habituales. En el caso de que se introduzca el sobre en la urna errónea, el voto resulta desechado y destruido, por lo que no se incorpora al escrutinio.

El recuento de los votos para el Senado tiende a alargar la noche. La posibilidad de elegir entre tres candidatos diferentes, sin necesidad que pertenezcan al mismo partido, complica esta labor.

ALERTA POR CALOR. La inusual fecha de celebración de los comicios, con julio bien entrado, augura una jornada de temperaturas altas. En los diferentes colegios electorales de la provincia de Toledo, uno de los territorios nacionales más azotados por el estío, se «intentarán orientar las mesas y encajar los puntos de votación en las zonas donde haya mayor ventilación».

Subdelegación del Gobierno garantiza la «compra de agua en grandes cantidades» para facilitar «el sumistro y la hidratación» de los miembros de las mesas y los representantes de los partidos políticos que han de permanecer durante todo el día custodiando las urnas. Existen, además, algunos puntos de votación que se sitúan en centros no escolares: estos enclaves, por norma general, tienden a tener una climatización renovada que incluye aire acondicionado.

La posibilidad de instalar ventiladores próximos a las mesas electorales es una «sugerencia que se está valorando», asegura Devia.