Paulina López Pita saludó su nombramiento como académica numeraria de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo (Rabacht) con un discurso en el que abordó la figura de Eugenio de Montijo y su relación con la ciudad y la provincia. El Palacio Universitario del Cardenal Lorenzana acogió la solemne ceremonia de ingreso de la historiadora toledana en la institución con la lectura de Eugenia de Montijo y Toledo en la historia contemporánea: un nuevo enfoque, una exposición que destapó el vínculo entre la figura de la aristócrata nacida en Granada y el Toledo decimonónico.
El personaje histórico protagonista de la disertación fue, entre otras grandezas, condesa de Mora, uno de los linajes que centró la tesis doctoral de López Pita. Aquel ensayo, leído en 1986 y titulado Layos, origen y desarrollo de un señorío medieval, ahondó en el papel desempeñado por la nobleza en la ciudad y su alfoz. Las nuevas claves aportadas en el discurso en la Rabacht suponen «de alguna manera, la continuación de mi tesis», explicó la conferenciante.
El recorrido biográfico propuesto descubrió, remedando una expresión del último duque de Alba, «a la primera influencer de la historia», una mujer que «creó un estilo propio» a través del que trató de posicionar a Francia «frente a las demás potencias europeas». Se incorporaron alusiones al peso político que la andaluza tuvo en las relaciones internacionales de su tiempo, un poder que acompañó de iniciativas en favor de las mujeres y de las obras de caridad».
La reflexión que ofreció la numeraria electa recordó las estancias que la también condesa de Teba y de Baños vivió a orillas del Tajo, la herencia que le quedó y el disfrute que hizo del legado de sus antepasados. Como hitos destacados, López Pita refirió dos primeros viajes de juventud acompaña de su hermana, uno de ellos en Semana Santa con «mantillas negras», y un visita posterior, ya en el cetro francés, con paso por la catedral y otros edificios históricos.
Además, la ponente aludió tanto al palacio que la esposa de Napoleón III tuvo en Layos como al resto de posesiones, hasta tres grandes inmuebles, emplazadas en Toledo: una casa señorial en el distrito de San Bartolomé, la casona de Eugenia de Montijo sita en la plaza del Juego de la Pelota (hoy, un hotel con su nombre) y la casa fuerte de los Guzmanes (conocido como el palacio de Galiana). Sin embargo, «poco sabía Eugenia de lo que tenía en Toledo», dado que la administradora de las posesiones fue su madre. «Que este discurso contribuya a que Eugenia siga viviendo en la Historia y en nuestro recuerdo», aseguró López Pita en el cierre.
Durante la contestación, el director de la Rabacht, Jesús Carrobles, se congratuló de que «una figura desconocida para local se convierta en un referente» y celebró la capacidad de la nueva académica para «sintetizar y divulgar».
Especialista en Historia Medieval, en las sociedades cristianas e islámicas tardomedievales y en estudios nobiliarios, López Pita es, además de doctora, licenciada en Filosofía y Letras y en Filología Semítica. Ejerció la docencia en la UNED durante cuatro décadas y es miembro de varias organizaciones de estudio y divulgación, entre ellas la también toledana Cofradía Internacional de Investigadores.
López Pita nació en Toledo y vivió sus primeros años en el domicilio familiar situado en la calle de la Plata, enfrente del edificio que ocupa la institución de la que ahora forma parte. En Madrid desarrolló gran parte de su carrera académica. En la actualidad reside en Layos, un municipio cuyo pasado inspiró el inicio de su carrera investigadora.