El curso empieza revuelto

SPC-Agencias
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Aprovechando una Reunión Informal de Ministros de Agricultura de la UE en Córdoba, el sector se ha manifestado para recordarles sus demandas: precios justos en origen, igualdad de condiciones frente a las importaciones, precaución con los requisitos

El curso empieza revuelto - Foto: Salas

Córdoba acogió, entre el domingo y el martes pasados, la segunda Reunión Informal de Ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE) en el marco de la Presidencia española de la UE, después de que hace dos meses se celebrara la primera en Vigo. El encuentro se celebró bajo el título 'Las nuevas tecnologías para una agricultura más sostenible y resiliente', y fue este asunto, además de las nuevas técnicas de edición genética o la reducción de fitosanitarios y antibióticos, lo que centró las reuniones de trabajo de los asistentes.

Tras tres días de debates, y sin la pretensión de llegar a ningún tipo de decisión vinculante, quedó un mensaje claro de la apuesta común de los países comunitarios por la aplicación de las nuevas tecnologías, que deben jugar un papel clave en la transición hacia un sistema agroalimentario más sostenible y permitir hacer frente a los efectos del cambio climático sin mermar la rentabilidad de los agricultores ni poner en peligro la producción de alimentos en la Unión Europea.

El ministro español en funciones, Luis Planas, que a la sazón presidió el encuentro, incidió en la necesaria transformación de los sistemas alimentarios para hacerlos más justos, más resilientes y más saludables y que, a la vez, contribuyan de forma decisiva a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. Todo ello, enfocado al triple objetivo de la seguridad alimentaria, la sostenibilidad global de los recursos naturales y la garantía de un medio de vida para quienes habitan en las zonas rurales.

El curso empieza revueltoEl curso empieza revuelto - Foto: Francisco J. OlmoPero el sector no lo ve tan sencillo y no aprueba muchos de los métodos que la UE está implementando para alcanzar esos ODS a través del Pacto Verde Europeo, por lo que aprovechó la presencia en Córdoba de todos los ministros comunitarios para hacerles saber su disconformidad con numerosas iniciativas. El martes, último día de la reunión, las tres organizaciones agrarias mayoritarias (ASAJA, UPA y COAG), junto con Cooperativas Agro-Alimentarias de España, convocaron una protesta en la cuidad a la que acudieron unos 6.000 agricultores y ganaderos. En ella hubo presencia de los órganos nacionales de los cuatro colectivos, pero también estuvieron representadas las organizaciones a escala autonómica y provincial con la asistencia de delegaciones llegadas de todos los rincones de España.

Según los convocantes, la concentración respondió a «la situación de indefensión que vive el sector agrario, amenazado por las políticas de la UE y la creciente competencia desleal de terceros países y gravemente atenazado por el encarecimiento de los costes de producción, la sequía y la falta de rentabilidad de las explotaciones», por lo que exigieron «soluciones políticas coherentes en materia de cambio climático, seguridad alimentaria y protección del tejido productivo nacional y europeo». Así, los agricultores y ganaderos aprovecharon la reunión de ministros de Agricultura para «reclamar unas nuevas reglas del juego, en las que la alimentación, garantizada desde el sistema productivo, construido sobre la seguridad y la calidad, se convierta en una cuestión de máxima prioridad para la UE».

El campo español reclamó desde las calles de Córdoba «un trato igualitario para las producciones europeas y las de terceros países» y consideraron «fundamental intensificar los controles en frontera para garantizar la entrada de alimentos producidos bajo las mismas exigencias fitosanitarias, laborales y de calidad a las que están obligados los productores europeos». Además, señalaron que «los acuerdos de libre comercio de la UE, caso de Mercosur, utilizan de forma sistemática al sector agrario como moneda de cambio, obligando al cierre a miles de explotaciones agrícolas y ganaderas de toda Europa».

El curso empieza revueltoEl curso empieza revuelto - Foto: Francisco J OlmoIgualmente, las organizaciones convocantes recordaron que «la última reforma de la Política Agraria Común (PAC) aprobada por Bruselas exige más con menos recursos». «Estrategias como 'De la granja a la mesa' o la Ley de Restauración de la Naturaleza se quedan en meras políticas de escaparate verde si no cuentan con una hoja de ruta realista y medidas de apoyo mucho más ambiciosas para que los agricultores profesionales puedan acometer la transición de manera justa, equilibrada y rentable», advirtieron desde Córdoba.

Por todo ello, ASAJA, COAG, UPA y Cooperativas Agro-Alimentarias reclamaron a los ministros de Agricultura de la UE «un viraje en las políticas agrarias y la consideración de la alimentación como asunto de máxima prioridad», para lo que consideran que «es indispensable proteger al tejido productivo, los agricultores y ganaderos europeos, para que puedan cumplir con su función básica de proporcionar alimentos sanos y seguros a la sociedad a precios razonables».

Responsables nacionales.

El presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato, aseguró que «es un día importante y debe ser el comienzo de un trabajo de todas las organizaciones agrarias para intentar modificar la atrocidad que se ha hecho en la Política Agraria Común con respecto a nuestro país». Los ministros europeos «tienen que oír al campo español», que necesita «una política totalmente distinta», dijo Barato, quien agregó que «es una pena que tenga que estar el campo español permanentemente exigiendo poder trabajar», por lo que «hoy se le dice al gobierno de la Unión Europea, y al ministro español, 'basta ya' y que hagan caso a los problemas que tiene el campo».

Por su parte, el secretario general de COAG a nivel nacional, Miguel Padilla, hizo hincapié en que «no estamos en contra de Europa», sino «de las políticas que se hacen en Europa con respecto a la actividad agraria». Así, señaló la «asfixia» que tienen los productores a consecuencia de las «miles y miles de normas» de la Unión Europea, recalcando que «no somos delincuentes, somos productores de alimentos». Además, criticó que a los agricultores y ganaderos de la Unión Europea se «nos piden 20.000 requisitos», mientras que a los productos de terceros países «no se les pide absolutamente nada».

Entretanto, el vicesecretario general de UPA Federal, Cristóbal Cano, lamentó que, «poco a poco, el agricultor y el ganadero dejan de estar en el centro de las políticas europeas y nos preocupa la orientación que otros sectores productivos y que otros lobbies de influencia están teniendo». La agroganadería es «una actividad esencial, una actividad que estamos dispuestos a hacer de una forma sostenible porque a nadie se le ocurre que los agricultores y ganaderos le demos la espalda al medio ambiente, todo lo contrario, formamos parte del paisaje» y para ello «necesitamos la complicidad y los apoyos de las instituciones europeas».

Por último, el presidente de Cooperativas Agro-Alimentarias de Andalucía, Fulgencio Torres, reivindicó que el agua que piden los agricultores, ganaderos y cooperativistas «la utilizamos para producir alimentos» y no la «despilfarramos» porque es «un bien natural escaso». «Para nosotros el agua es la vida», ya que «una agricultura, una ganadería sin agua no tienen futuro, están muertas».

Planas, por su parte, declaró el primer día de la reunión que «ver a Bruselas, como leo a veces, como un enemigo de los agricultores es un error absoluto. Entiendo que haya cosas que no les gusten, pero el mundo gira y cambia, y tenemos que adaptarnos a él». En cualquier caso, el ministro admitió que «tenemos reivindicaciones, como las cláusulas espejo».

Pero lo cierto es que esta demanda de igualdad con lo que se le exige a los productos que nos llegan desde terceros países es solo un grano de arena en el debate sobre las medidas de protección ambiental, la rentabilidad del sector y que los países mantengan sus producciones agrarias y ganaderas: «Es un objetivo irrenunciable; estamos en el centro del debate y la ecuación es muy compleja, pero hay que lograr producir alimentos en calidad y cantidad, a precios razonables, respetando el medio ambiente», expresó Planas. El problema es que quienes han de poner en práctica, a pie de explotación, las medidas encaminadas a conseguir esos objetivos se ven obligados a sortear unos obstáculos, a veces insalvables, que desde los despachos de Bruselas parecen ser invisibles.

A pesar de todo, Luis Planas mostró el mismo martes su «respeto absoluto» a las protestas convocadas por agricultores y ganaderos y remarcó que España es «un país libre, cada uno expresa sus opiniones y lo hace libremente. Menos mal que hoy se puede hablar en España y puede uno manifestar sus opiniones», subrayó.

La reunión.

En cuanto al trabajo realizado por los ministros durante los tres días, el titular español en funciones calificó de «muy positiva y constructiva la reunión. Ha sido un éxito tanto para Córdoba como para España y para la Unión Europea». A su juicio, el encuentro permitirá poder avanzar hacia la consecución de unas conclusiones políticas sobre las nuevas técnicas genómicas durante la Presidencia española, es decir, antes de fin de año ya que «la Presidencia española está comprometida para trabajar de manera constructiva, conjuntamente con todas las delegaciones, en la propuesta presentada por la Comisión Europea el pasado 5 julio». En ese caso se cumplirían las previsiones más optimistas, que de todos modos se van a 2026 para que esta tecnología esté en el campo para uso de los agricultores.

Planas destacó que los ministros coincidieron en la «necesidad de hacer frente a la doble transición digital y agroambiental, que constituyen dos caras de la misma moneda», por lo que repasaron las iniciativas que permitirán conseguir esa transición, como la lucha contra el desperdicio alimentario y la economía circular, las nuevas tecnologías vinculadas a la agricultura de precisión, la inteligencia artificial, la necesidad de extender la banda ancha a la agricultura o el uso compartido de los datos.

Durante las sesiones de trabajo, los ministros también se mostraron de acuerdo en que es necesario poner a disposición de los agricultores mecanismos financieros para la inversión en nuevas tecnologías, y para su formación en el uso de las mismas. Particularmente, se destacó el papel que juegan los fondos comunitarios procedentes del programa Horizonte Europa y las medidas previstas en los planes estratégicos de la PAC, que permitirán triplicar el número de proyectos innovadores en este período para que se produzca la transformación digital e innovadora.

 

ASAJA se quedó fuera.

Luis Planas se reunió con las cooperativas y organizaciones agrarias de la Unión Europea y de España en el marco de la reunión en Córdoba, concretamente el lunes. Al encuentro asistieron representantes de las organizaciones agrarias europeas (COPA), de las cooperativas agroalimentarias comunitarias (COGECA), de Cooperativas Agro-Alimentarias de España, de COAG y de UPA, mientras que, según el Ministerio, ASAJA declinó asistir. Por su parte, el presidente nacional de esta organización, Pedro Barato, aseguró que «no fuimos invitados a ninguna reunión con el ministro, ni por parte del señor ministro o de su gabinete, o de quien procediera». Barato precisó que «lo único» que recibió fue una llamada de un cargo de otra de las organizaciones agrarias informándole de «que había una reunión con el ministro a las 18,30 horas» del mismo lunes. Y añadió que, si ASAJA hubiera sido invitada a dicho encuentro, habría acudido, pues, aunque «es cierto que coincidía» con la celebración de la Junta Directiva de la propia organización celebrada el mismo día en la capital cordobesa, no habría sido problema, pues «tiene vicepresidentes».