mario gómez / toledo
Se trata de una fiesta que data de hace más de 200 años es por ello por lo que hablar de San Antón en Gálvez es hacerlo de «una costumbre muy arraigada», como explicaba su alcalde, Manuel Fernández, al tomar la palabra en la presentación de los actos que tendrán lugar el próximo fin de semana.
Una fiesta que en 2023 «vuelve a su esencia» de reunir a vecinos entorno a las lumbres que se hacen en los barrios y «poner en común y compartir mayores y pequeños». A pesar de que la tradición ha evolucionado con el paso del tiempo, los galveños año tras año «viven con intensidad estas fechas», por lo que como el propio alcalde indicaba, «la intención es de cuidar la tradición», motivo por el que en estos días también van a repartir 400 cencerros en el Colegio Público San Juan de la Cruz, con la que «los más pequeños podrán participar de uno de los sonidos más típicos de las fiestas».
Del mismo modo, Fernández quiso incidir en el «carácter solidario» con el que cuenta la festividad, con una programación previa al fin de semana del 14 y 15 de enero donde, el Ayuntamiento también ha organizado junto a la Asociación de Mujeres Amanecer y los quintos 2023 en la Plaza del Ayuntamiento un tenderete solidario, sorteos y rifas a favor de la Asociación de Familias con Niños con Cáncer de Toledo, AFANION, el baile solidario con los músicos locales 'Los Games', el pasado sábado, o la exposición de motos customizadas 'by William Gómez', un galveño cuya actividad le ha llevado a ser Campeón de España.
Según explicó el alcalde, tampoco faltará el tradicional 'Concurso del Guarrito de San Antón', a través del cual participan numerosas tiendas y empresas de la localidad para incentivar las compras locales con importantes premios en metálico.
Una presentación en la que Fernández estuvo acompañado del tercer teniente alcalde, Enrique Gamero, quien enfatizó en lo que para los galveños supone la tradición de los 'sanantones', y el hecho de «disfrazarse para jinchar a los vecinos sin que te reconozcan.
'SANANTONES'. Este llamativo disfraz consiste en ocultar el rostro y portar «ropas viejas» con el fin de evitar ser reconocidos. Todo ello adornado por alhajas y cencerro, convirtiéndose en un atuendo característico.
Una vez caracterizados como 'sanantones', el objetivo es permanecer en el anonimato, por lo que «no se habla ni se toca», y van de lumbre en lumbre «corriendo el sanantón», tal y como explicaron los responsables municipales.
Una tradición de más de dos siglos que según explicó Fernández pretenden que sea declarada de Interés Turístico Regional, por lo que aprovechó para invitar a la directora general de turismo y al propio presidente de Castilla-La Mancha a que la conozcan, asegurando que «no les faltará comida ni bebida, ni disfraz de 'sanantón' si lo desean».