«Doy un paso al lado porque no soy útil para el club»

Raquel Jiménez
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El directivo, que ha ocupado distintos cargos incluida la Presidencia, decide poner fin a una trayectoria de más de 30 años, divididos en dos etapas, vinculado al Talavera

Federico Gómez posan en las instalaciones del Municipal El Prado con el escudo del CF Talavera al fondo. - Foto: Ferrero

Federico Gómez ha decidido poner fin a su vinculación de más de 30 años, divididos en dos etapas, con el Talavera. Y es que considera que «en los distintos cargo que he tenido en club he sido un peso pesado y desde el año pasado me siento un poco apartado».

Así lo ha puesto de manifiesto a este diario en unas declaraciones realizas en las gradas del Municipal El Prado donde, por supuesto, seguirá presenciando los partidos de su Talavera como abonado. En el momento de estas manifestaciones, no había notificado al club su marcha, aunque apunta que «igual me he adelantado antes de que me digan ahí tienes la puerta». Eso sí, puntualiza que «no he tenido problemas» con los gestores actuales de la entidad.

Confiesa que se quiso marchar la temporada anterior, pero las llamadas de los distintos propietarios (Miguel Martín y José Jiménez) y el presidente del club (Josué Blázquez) para animarle a seguir, le llevaron a dar marchar atrás en su determinación. De todas formas, asegura que «me fueron quitando competencias» y ha llegado a un punto en el que «me siento como un objeto decorativo y para salir en la foto, con lo que yo aquí no pinto nada y no soy útil para el club».

Ante esto, «lo mejor es dar un paso al lado y retirarse». Admite que «me ha costado mucho» adoptar esta decisión: «Son muchos recuerdos».

El entrenador, Pedro Díaz, se oponía totalmente a la marcha de Federico Gómez, aunque poco a poco lo ha asimilado. Del actual técnico blanquiazul dice que «yo le traje como jugador en su etapa final y por mí entró en la escuela y también como entrenador, con lo que nos tenemos mucho aprecio». Pero el ya ex directivo afirma que «no aguanto esta situación

Ha sido de todo en el club blanquiazul, incluso presidente cuando en la temporada 1988-1989 Isidoro Sánchez decidió no continuar al frente del club y en el proceso electoral que siguió no concurrió ninguna candidatura ni en el primera, ni en la segunda convocatoria. Entonces, «en la tercera me llamaron los jugadores y me pidieron que me presentara y así lo hice».

Durante estas tres décadas el Talavera ha tenido 11 presidentes: Aurelio Lozano, Fernando Núñez Jerónimo, Isidoro Sánchez, el propio Federico Gómez, Juan Bermúdez, Ignacio Valero, Fernando Núñez, Tino Muñoz, Pedro Flores, José Antonio Dorado y el actual Josué Blázquez. Entiende que «hay que ser muy valiente para ser presidente, sobre todo, antes».

Pero se moja al poner de relieve que la «etapa más bonita fue con Dorado porque luchamos mucho y pasamos por bastantes apuros». Recuerda que «firmamos un póliza que pagamos gracias al traspaso de Samu Corral; de lo contrario, no sé cómo estaríamos todavía».

Una directiva que dejó el club en manos del grupo inversor: «Fuimos criticados por un sector de la afición, pero supuso un acierto por el crecimiento de la masa social». Porque asegura que «Miguel Martín puso la primera piedra» del actual CF Talavera.

Más de 500 viajes. Durante su larga trayectoria en la entidad blanquiazul ha acompañado al equipo «representando al club» en sus desplazamientos hasta el último de esta Liga a León para medirse a la Cultural. Es más, hace un tiempo se sometió a una intervención cardíaca y «tuve que estar en una residencia porque no podía valerme por mí mismo ya que tenía puesto un collarín. En cuanto me lo quitaron, me fui con el equipo a Huelva». Ha contabilizado más de 500 viajes con el Talavera en los que se ha recorrido toda la geografía nacional. Y mantiene el contacto «con al menos el 20 por ciento de los futbolistas que han pasado por el primer equipo».

Federico Gómez ha escrito una carta de despedida en la que hace una mención especial a Fran Alcoy, entrenador durante seis temporadas del primer equipo y con el que «no se fue justo». Se  refiere «a la afición en general que tenía que saber las condiciones en las que trabajaba porque nuestro presupuestos eran muy ajustados e íbamos al céntimo». Pero, a pesar de la economía del club, «trajo muy buenos jugadores». Su escrito, como no podía ser de otra manera, termina con un '¡Forza, Tala!'.