La Junta recurre a la UE para que pare los pies a Irlanda

L.G.E.
-

Irlanda quiere que por ley se etiquete el vino con los riesgos del alcohol para la salud, como si fuese tabaco. La directora general de Alimentación avisa de que este país no puede ir por libre y que Page ya avisó al comisario de Agricultura

La Junta recurre a la UE para que pare los pies a Irlanda

Castilla-La Mancha pide que le paren los pies a Irlanda. El país de la cerveza negra y el whisky quiere etiquetar las botellas de vino con avisos sobre perjuicios nocivos de la salud parecidos a los que se utilizan para las cajetillas de tabaco. Así figura en la nueva ley de etiquetado de Irlanda, que debería entrar en vigor en 2026, algo que ha hecho saltar las alarmas en el sector del vino de Castilla-La Mancha, una región que tiene el mayor viñedo del continente. 

«Desde el sector estamos muy preocupados por esta medida. No tanto por lo que significa el mercado irlandés, que también, sino por el precedente que puede crear a medio-largo plazo en otros países de nuestro entorno», avisa el portavoz sectorial vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, Juan Fuente.

El etiquetado que propone Irlanda incluye mensajes en los que se avisa de que beber alcohol incrementa el riesgo de heridas con un dibujo de una botella de cristal roto o también alerta del aumento del riesgo de desarrollar cáncer. Hay avisos específicos para mujeres embarazadas, para la conducción de vehículos y para el desarrollo cerebral de los más jóvenes.

La directora general de Alimentación, Elena Escobar.La directora general de Alimentación, Elena Escobar. - Foto: Javier PozoDesde el Gobierno regional están dispuestos a dar la batalla y ya han movido ficha. «Estamos en contra de esta decisión», aseguró ayer la directora general de Alimentación, Elena Escobar, que esgrime  que es una decisión que se toma «de manera unitaletal por un país miembro de la UE, pero que afecta al mercado común que compartimos entre todos». 

Por eso la Junta ya se ha puesto en contacto con el Ministerio de Agricultura para que defienda ante las instituciones europeas que hay que impedir que esta normativa irlandesa se llegue a aplicar. También lo hizo de manera directa Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, como presidente de la AREV, la asociación de regiones europeas vitivinícolas. Escobar recalca que trasladó su postura en contra de este etiquetado al comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski. Es de Polonia, un país en el que apenas tienen 500 hectáreas de viñedo.

«Vamos a seguir defiendendo que la Comisión no permita a Irlanda de manera unilateral a obligar a los fabricantes a incluir estas etiquetas», insiste la directora general de Alimentación.

Por un lado, hacer un etiquetado específico para un país concreto incrementa los costes. Por otro lado, puede afectar negativamente a la imagen del producto. Y además Escobar resalta que «este tipo de mensajes son erróneos para el consumidor, porque no es verdad que sea un elemento perjudicial para la salud». Recalca que «está comprobado científicamente que, tomado con moderación, es un alimento saludable». Insiste en que «no se puede equiparar el vino a otras sustancias nocivas».

La directora general cree que esta idea ha podido surgir en Irlanda porque no comparte la cultura del vino que sí hay en buena parte de Europa, sobre todo en países como España, Portugal, Francia, Italia o Grecia. Es más, en Irlanda solo hay unas cien hectáreas de viñedos, sobre todo concentradas en el área de Cork. 

Un país que bebe más que la media y sobre todo cerveza. El caso es que Irlanda tiene un problema con la bebida, pero no parece que la culpa sea del vino. Es uno de los diez países con mayor tasa de consumo per capita del entorno de la OCDE (Europa). Está en 10,8 litros de alcohol puro, cuando la media del continente es de 9,5. 

Lo que más se consume es, sobre todo cerveza, acaparando el 47 por ciento del total. El vino aparece en segundo lugar, pero a bastante diferencia, con un 28 por ciento. El 19 por ciento del consumo es de bebidas espirituosas como el whisky. 

La conocida como isla esmeralda no es uno de los grandes mercados para el vino de Castilla-La Mancha. A pesar de ser un país comunitario, no está ni entre los primeros veinte destinos a los que se vende vino de la tierra. A pesar de que cuantitativamente no supondría a priori un gran perjuicio desde Cooperativas Agroalimentarias y desde la Junta temen que se produjera un efecto contagio y el daño que causaría a la imagen de este producto.