Milagro en 'da luz'

Diego Izco (SPC)
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Hace 20 años, el Benfica estaba en quiebra técnica y demolió su estadio... Hoy es el club que más ingresa por ventas del planeta

Joao Félix salió rumbo al Atlético de Madrid por una cifra cercana a los 130 millones de euros. - Foto: Reuters

Año 2003. El Oporto gana la Copa de la UEFA y el Benfica, la gran referencia histórica del fútbol portugués, se deshace. A pesar de su inmensa masa social (entonces el club con más socios del mundo, 230.000, puesto de privilegio que perdió posteriormente a manos de Bayern de Múnich y Boca Juniors), el equipo sufría para meterse en competición europea y el viejo estadio Da Luz era la viva imagen de la decadencia. 

Año 2023. El Benfica ha ganado cinco de las últimas ocho Ligas, comanda la actual Primeira Liga con ocho puntos de renta sobre el Oporto y es (con mucha diferencia) la entidad con el mejor balance de ingresos/gastos del planeta. La tendencia es hablar de 'milagros', aunque el resultado es fruto de un trabajo plagado de aciertos. 

De vuelta a hace 20 años, el club quiso exorcizar el momento. Todo arranca con una polémica demolición que desemboca en la construcción de un espectacular templo para 65.000 fieles... y el comienzo de una nueva etapa de gloria. Como si el 'continente' hiciese mejor el 'contenido', el nuevo Estadio Da Luz fue el pistoletazo de salida del resurgir del cuadro de Lisboa, que hoy busca el primer paso hacia cuartos de final de la Champions. El segundo paso, acaso más importante, la creación de la ciudad deportiva (2006) que ha terminado convertida en uno de los mejores centros de captación de talento del planeta y en el más exclusivo 'vivero' de jóvenes del fútbol portugués.

El talento

El Benfica, hasta aquel momento, no había echado sus redes mucho más allá de Brasil y una modesta 'capa' del panorama europeo. Pero en 2008 comienza la gran revolución: Maxi Pereira (Uruguay), Cardozo (Paraguay), Di María (Argentina) y David Luiz (Brasil) abren el melón. Las cuatro incorporaciones apenas alcanzan los 25 millones de inversión... y sus posteriores ventas reportan cerca de 70.  

Ruben Dias fue progresando en la cantera del club luso hasta recalar en el City y dejar en las arcas lisboetas 72 ‘kilos’. Ruben Dias fue progresando en la cantera del club luso hasta recalar en el City y dejar en las arcas lisboetas 72 ‘kilos’. - Foto: ReutersLa dirección intuyó rápidamente cuál era el camino. En primer lugar, un proceso de internacionalización controlada, sin perder de vista la cantera... pero apostando con fuerza por un modelo irrenunciable: adquirir varios futbolistas por temporada, con características que mezclaban juventud, adaptación casi inmediata (mercados latinos), proyección y, sí, atractivo a corto plazo en los grandes mercados. Llegaron Javi García, Reyes, Saviola, Ramires, Gaitán, Salvio, Enzo Pérez... Y entonces el 'banco' sumó su cuarta pata: la dirección deportiva de Jorge Fernando Pinheiro de Jesus.

Entusiasmado por el modelo de cantera del Barça y el fútbol de Guardiola, el técnico lisboeta implantó en todo el fútbol base un estilo total: juego ofensivo y vertical, presión alta, partidos a pecho descubierto, ritmo frenético... Jorge Jesus se encargó de adaptarlo todo al primer equipo y, de repente, los clubes más poderosos de Europa se giraron hacia Da Luz para posar sus ojos sobre esos jóvenes y deslumbrantes jugadores: Ramires, David Luiz, Witsel, Matic, Di María, Coentrao, Rodrigo Moreno, Enzo Pérez, Gaitán, Jan Oblak, Simao Sabrosa y una notable lista de peloteros que aseguraban una rápida adaptación a las grandes ligas.

Al mismo tiempo, la labor de cantera arrojó pronto sus frutos: Ederson, Renato Sanches, Bernardo Silva, Lindelof (sí, el sueco llegó con apenas 14 años a la ciudad deportiva del Benfica), Semedo, Cancelo, André Gomes... todos ellos productos de éxito extraídos de uno de los mejores 'laboratorios' de Europa: donde mejor se trabaja la creación y la adquisición de talento por formar. Como si los 'grandes' del continente hubiesen adquirido un pacto tácito de no agresión con los lisboetas, el Benfica tiene vía libre para arriesgar con la juventud, educarla... y devolver a las promesas ya hechas como futbolistas de élite. Y algún año, la 'piscifactoría' de los 'gigantes' logrará dar una sorpresa mayúscula.