La Cátedra del Tajo aporta conocimiento para lograr soluciones

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A lo largo de este año, resume la Cátedra UCLM-Soliss, se han propuesto nuevas reglas de explotación para el trasvase, que darían garantía a los usos propios

La DANA ha marcado la actualidad del Tajo en los últimos meses del año. - Foto: Javier Pozo

A poca gente se le escapa ya por qué el eje del río Tajo se encuentra en tan mal estado: por un lado, recibe aguas insuficientemente depuradas, e incluso sin depurar, a lo largo de su curso y de toda la red de afluentes que desembocan en él; y, por otro lado, sufre de un trasvase desde sus embalses de cabecera que le impide dotarse de mayores y más limpios caudales, negándole la dinámica fluvial natural que le era propia. Cada uno de estos dos problemas por separado serían terribles para un río, pero la interacción de los dos potencia sus efectos, siendo el resultado muy preocupante, tal y como observan sus ciudadanos ribereños día tras día. A estos dos grandes problemas globales, hay que añadir otros problemas comunes a otras cuencas hidrográficas como son el deterioro de los ecosistemas fluviales generado por las actividades humanas, la proliferación de especies exóticas invasoras, así como los impactos generados por el cambio climático, como la reducción de aportaciones naturales o lluvias torrenciales cada vez más frecuentes y con efectos destructivos. A estos problemas generales se le añaden otros muchos a escala local como puedan ser vertidos puntuales esporádicos, basuras, canalizaciones, barreras obsoletas, ocupación del espacio de fluvial, etc. Todo ello genera una desconexión de la sociedad con los ríos, lo que dificulta sus posibilidades de recuperación y conservación.

A pesar de esta cruda descripción de la realidad, la situación del río Tajo puede mejorar. Incluso podemos afirmar que tiene solución, siempre y cuando la Administración pública y la sociedad avancen de forma decidida en la consecución de los objetivos marcados por la legislación europea y española. En este sentido, las universidades y centros de investigación tienen su responsabilidad y por ello, desde la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss se aporta conocimiento para conseguir hacer realidad estas soluciones. A lo largo de este último año se han propuesto unas nuevas reglas de explotación para el trasvase, que darían garantía a los usos propios de la cuenca; se trabaja dando apoyo científico-técnico a las demandas de la ciudadanía del Tajo ante el Tribunal Supremo, que defienden la prioridad de la cuenca cedente, la conservación de los espacios protegidos y la obligatoriedad, desde 2009, de disponer de caudales ecológicos; se han realizado estudios sobre el estado de conservación de ríos que apoyan investigaciones de fiscalías; se avanza en la investigación en contaminantes emergentes, comunidades bacterianas con resistencia a antibióticos y riesgos sobre la salud animal y humana, prestando especial atención a las zonas Red Natura 2000; se ha continuado con el seguimiento a fondo del contenido y del proceso de aprobación del Plan Hidrológico, lo que ha permitido contribuir con argumentos; se ha propuesto una modificación de las autorizaciones de vertido de las grandes depuradoras urbanas del sistema Manzanares-Jarama, que contribuiría a mejorar la calidad de sus aguas; se ha creado un visor web del estado de conservación de los ríos de la cuenca del Tajo, instaurado de forma conjunta entre investigadores y ciudadanía, que permite conocer las afecciones concretas de los ríos y pretende romper esa desconexión de la ciudadanía con el río; se ha realizado una propuesta de ampliación de reservas naturales fluviales en la cuenca hidrográfica del Tajo, con el fin de colaborar en la conservación de aquellos tramos que aún se encuentran en buen estado…

Ámbito local. También a escala local surgen problemas concretos a los que se buscan soluciones: las últimas DANA en la provincia de Toledo han visto potenciado su poder destructivo como consecuencia de la desnaturalización de los arroyos, por lo que se está trabajando en plantear medidas de esponjamiento para la adaptación ante fenómenos de inundación; se sigue trabajando, desde hace dos años, en un estudio en profundidad sobre la contaminación de las aguas del río Tajo a su paso por Toledo y las posibles causas de la generación de las espumas; se ha dejado constancia de la memoria colectiva del medio fluvial, del impacto de la pérdida del medio natural sano en la ciudad de Toledo a causa de la contaminación; al mismo tiempo que se contribuye en procesos de participación pública que afecta a planes urbanísticos (POM de Toledo, PERIM del hotel del Puente de la Cava), poniendo de manifiesto la importancia de las denominadas zonas inundables.

Llegados a este punto, las decisiones que se tomen en favor del Tajo no deben ser tibias: reducir en las nuevas Reglas de Explotación del trasvase solo un poco las cantidades a trasvasar no será una solución; incrementar tan levemente los caudales ecológicos como se ha hecho en el Plan hidrológico del 2023, tampoco; así como tampoco lo serán sutiles mejoras en la depuración. El río se recuperará, sí, pero con grandes decisiones que le ayuden a conseguirlo.