El Ayuntamiento de El Romeral ha despejado las dudas de los vecinos más recelosos sobre el proceso de restauración del molino de viento más emblemático de la localidad manchego y uno de los más excepcionales de la provincia. «La trayectoria de este profesional está lo suficientemente contrastada como para no poner en duda el desarrollo de los trabajos realizados, y por ello queremos expresar nuestra absoluta confianza en que su profesionalidad llevará a nuestro querido 'Pechuga' a lucir de nuevo toda su majestuosidad en el menor tiempo posible», defendía.
El equipo de Gobierno se refiere a Vicente Casero, «el mejor molinero de España», en palabras de la alcaldesa, Francisca Polán. El Ayuntamiento dispone de una financiación de unos 50.000 euros de los fondos 'Leader Dulcinea' para dejar niquelado un monumento local declarado Bien de Interés Cultural como el resto de los molinos del viento del municipio. Según la regidora, se trata de uno de los tres molinos de España con la maquinaria original en funcionamiento. Tanto, que el Ayuntamiento, propietario del inmueble, organiza periódicamente moliendas.
La cubierta del molino está muy deteriorada y lo frecuentan las palomas. Por ello, Casero trabaja desde hace un mes en la restauración de 'Pechuga'. Sebastián García del Pozo y García-Patas construyó este ingenio hacia mediados del siglo XIX. Es el situado más al norte del Cerro Santo, y por estar situado a mayor altitud, aprovechaba mejor la fuerza del viento.
Posteriormente, fue vendido a Sebastián Cirujano Maroto, conocido como el tío 'Pechuga', de quien toma su nombre, y éste, a su vez, lo venció a Félix Villalobos Ramírez en 1957. Dos años después, en noviembre de 1959, sin uso alguno, pero con toda su maquinaria intacta, fue vendido a la Diputación Provincial que lo mantuvo en propiedad hasta principios de la década de 1980, momento en que pasó al Ayuntamiento.
Desde esta fecha, el molino 'Pechuga' de El Romeral ha sido objeto de diversas intervenciones de recuperación, entre ellas, la de la máquina de limpia en el año 2014. La Junta de Comunidades declaró en 2017 el ingenio y los otros tres de El Romeral como Bien de Interés Cultural.
La alcaldesa asegura que la restauración dejará la cubierta en perfectas condiciones, mejor que la intervención practicada en 1989.
«Vicente Casero se ha venido encargando de los trabajos realizados en nuestros Molinos desde hace más de una década, y es entre otras cosas, gracias a su inestimable trabajo que hoy tenemos un patrimonio considerado Bien de Interés Cultural», subrayaba el Consistorio, que destacaba la reciente consecución para el molinero del Premio de las Artes de la Construcción Richard H Driehaus, en la categoría de madera.
La primera referencia a un molino de viento en El Romeral viene recogida en el Catastro de Ensenada (1752). Casi un siglo más tarde, el diccionario de Madoz (1845) recoge ya dos molinos en la localidad y tan solo quince años después, el Nomenclator indica que en el municipio existen los molinos de Abajo, del Calvario, del Cerro Santo y de Robradiza.
Otros ayuntamientos de la provincia han completado la restauración de sus molinos, como ocurrió en Las Ventas con Peña Aguilera. Allí, el Ayuntamiento practicó una primera fase iniciada a finales de 2017 con un presupuesto de unos 32.000 euros para el exterior, caracterizado por la construcción en piedra como las viviendas del municipio, y una segunda terminada en el año 2019 de una cantidad económica pareja para apañar el interior. A finales de marzo de ese año, el Consistorio abría al público este ingenio que corona el municipio de los Montes de Toledo. En este caso, la vida útil del molino apenas duró 35 años desde el término de su construcción.