Los Cobertizos se rinden al Redentor

Jaime Galán
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El Cristo Redentor se mueve silenciosa y pulcramente por estrecha calles y cobertizos. Su grandeza lo hacen imprescindible para toledanos y foráneos

Otro año más. El Cristo Redentor sigue siendo uno de los protagonistas de la Semana Santa toledana. Sin necesidad de hacer más ruido que el que hace su tambor destemplado, su tradicional campana y el canto del Miserere atraen cientos y cientos de seguidores por su recorrido. Es la magia de su procesión. Y de su historia. Que se cuenta por sí sola.

Partiendo del Santo Domingo El Real a las 23:30 horas de la noche, la cofradía del Cristo con manto rojo comenzó su marcha con los más de 400 hermanos que habitualmente lo acompañan. Con farol en mano y hábito negro y blanco, los cofrades iniciaron su camino entonado el 'Miserere' y acompañados en su penitencia por el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro.

Tras recorrer callejones estrechos de la ciudad como el de Jesús y María o Las Bulas, el Redentor se puso de gala para recibir las fotografías de los valientes que pasadas las dos de la madrugada seguían esperando en los Cobertizos. Su reinado. Allí, mientras muchos y muchas aguardaban su llegada a Santo Domingo El Real, el Redentor luchaba por cruzar el estrecho camino con la grandeza que suele arrastrar. Lo consiguió no sin antes ser agasajado con una saeta  

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Los Cobertizos se rinden al Redentor
Los Cobertizos se rinden al Redentor - Foto: Dominguín
El canto del Miserere es uno de los atractivos de esta procesión
El canto del Miserere es uno de los atractivos de esta procesión - Foto: Dominguín
Un tambor desafinado abre la procesión del Redentor.
Un tambor desafinado abre la procesión del Redentor. - Foto: J.A.L.
El Cristo Redentor en los cobertizos.
El Cristo Redentor en los cobertizos. - Foto: J.A.L.
El Redentor sale de Santo Domingo el Real.
El Redentor sale de Santo Domingo el Real. - Foto: Dominguín

Su única y especial campana dejó de sonar para que el tambor destemplado fuera el único sonido que se colara entre el silencio de los asistentes y las maniobras de los cargadores por devolver al Redentor a su feudo. Colocándolo de espaldas al templo, el Cristo con la Cruz a cuestas entró en el mismo con el mayor de los éxitos. Y aunque esta procesión no recibe aplausos, volvió a contar con el reconocimiento de los toledanos, porque ante todo, el Redentor no deja dudas. El Redentor es parte integral de la Semana Santa toledana.

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