El vínculo de un rescate

Galán
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Roberto es un agente de la Policía Local de Toledo que para Paquita se ha convertido en «un hijo o en un héroe». Ella es la víctima a la que socorrió en un accidente de tráfico. Su mirada para agradecerme mi labor no se pagan con dienro ni con nada

El agente de Policía Local reconoce que los agradecimientos de Paquita hacen que su trabajo merezca la pena. - Foto: David Pérez

El reloj de hace dos sábados se situaba cerca de la medianoche. En medio de la ronda habitual por la zona del Valle y de los cigarrales, Roberto y su compañero de patrulla recibieron un aviso sobre un accidente de tráfico muy cerca de su ubicación. Como no conciben de otra forma, se dirigieron inmediatamente allí. La imagen que se encontaron fue cuanto menos impactante, lo que les hizo pensar que la situación sería más grave de lo que realmente terminó siendo.

Un coche, a la altura de la entrada al Cigarral de Menores, había volcado y se hallaba en posición vertical apoyado sobre solo dos de sus ruedas frente al muro ubicado a pocos metros de la calzada. Antes que ellos habían detenido su tránsito unos ciudadanos para socorrer al que presumiblemente sería el conductor del turismo accidentado, aunque se encontraba con varias heridas fuera de su vehículo. Otra patrulla de la Policía Local se hizo cargo de las necesidades del varón, mientras que a Roberto le atrajeron rápidamente los «chillidos» que salían del interior del vehículo.

Ahí aguardaba Paquita, una mujer de 75 años de edad con un pie enganchado entre el salpicadero o la guantera y la cerca de la parte exterior del vehículo. Con una situación de ansiedad palpable, la copiloto se encontraba temblando y agarrada al volante para evitar no causarse mayores daños en el accidente que acababa de vivir. Sin apenas margen para tomar decisiones, Roberto vio en el cristal trasero del turismo el acceso indicado para introducirse en el mismo y salvar a Paquita. Gracias al percutor con el que cuenta la Policía Local de Toledo, en milésimas de segundo el cristal se hizo añicos y permitió que el agente vestido de héroe se adentrara en el vehículo «como si estuviera bajando a un pozo».

Sólo unos segundos bastaron para llegar a agarrar a Paquita. Las condiciones en las que se encontraba tanto el vehículo como la víctima impidieron cualquier actuación inmediata para su evacuación, por lo que Roberto decidió realizar un proceso de acompañamiento. La sujetó su cuello para evitar lesiones en el mismo y colocó su pierna bajo su cuerpo para que le sirviera de apoyo, lo que le funcionó como método para rebajar los nervios y el estado de ansiedad en el que se encontraba la mujer.

A raíz de estos hechos, Roberto destaca la rapidez con la que llegaron tanto bomberos como la UVI, que desplegaron una intervención coordinada que hizo que «en pocos minutos Paquita estuviera fuera del vehículo y preparada para ir al Hospital». Mientras los bomberos de Toledo utilizaban su maquinaria para cortar el maletero y retirar los asientos traseros para facilitar la evacuación, la médica otorgó los primeros cuidados a Paquita y cedió un collarín a Roberto para que este se lo colocara a su compañera del sábado noche.

Nada más salir del vehículo, Roberto relata que Paquita sólo estaba interesada en conocer datos sobre él, especialmente su nombre y apellidos, «para agradecérmelo después», deduce el agente policial. Paquita y su marido fueron trasladados al Hospital Universitario de Toledo y días después ambos pueden presumir de que no presentan ningún tipo de lesión grave. Pero si se habla de presumir, en la ecuación entra Roberto con una sonrisa que no le cabe en el rostro. «Sus palabras y su mirada al agradecerme el apoyo no se pagan con dinero ni con nada del mundo, cosas como estas hacen que merezca la pena este trabajo, a veces envuelto en actuaciones más negativas», destaca el agente policial con rasgos de emoción después de rememorar los hechos.

Roberto es consciente de que esta no será la última vez que vea a Paquita, de la que dice que le tiene como «un hijo o un héroe», pero él en su mensaje sólo quiere recalcar una cosa, que fue «un trabajo conjunto que no podría haberse llevado a cabo sin la intervención de la UVI y de los bomberos de Toledo».