«La literatura convierte la anécdota en sentimiento universal»

Lola Morán Fdez.
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Víctor del Árbol se adentra en la novela negra en 'Nadie en esta tierra', obra con la que ha participado en la 35 Feria del Libro de Talavera, donde ha compartido su experiencia con los lectores y ha ahondado en este género

«La literatura convierte la anécdota en sentimiento universal» - Foto: La Tribuna

Ha presentado en Talavera 'Nadie en esta tierra', una novela negra, género al que se ha dedicado esta edición de la Feria del Libro en la ciudad, ¿qué le lleva a un autor, y a usted en concreto, a escoger este género?

Creo que a veces son las historias las que te escogen a ti, es decir, hay historias que quieres contar y, en función de esa historia, te va mejor trabajar más el tema de la novela histórica, o de la novela psicológica o del thriller, y en este caso, el tema que me interesaba tratar, que es sobre todo la naturaleza del poder, pues los códigos de la novela negra me venían muy bien.

La otra cosa es que después de tantos años, me apetecía escribir una novela así más de género y dar una visión un poquito diferente de lo que entiendo yo que es la novela negra y utilizar cosas que no he utilizado nunca que tienen que ver con mi experiencia pasada como policía y que en esta novela me parecía pertinente abordarlas.

Ha escogido también la literatura ante su profesión de mosso, ¿qué le llevó a dar este paso?

Bueno, porque una cosa es la vocación y otra lo que uno tiene que hacer. Mi vocación de siempre ha sido la de ser escritor, la de ser contador de historias, desde que era un crío y lo que pasa es que la vida va disponiendo otras cosas. Incluso cuando era policía escribía, seguía escribiendo, seguía enviando mis manuscritos a las editoriales y, de hecho, mis dos primeras novelas las publiqué todavía trabajando como policía.

Es verdad que en este mundo en el que vivimos es complicado tomar este tipo de decisiones, dejar una carrera de funcionario y adentrarte en este mundo que es un poco más desconocido, menos sólido pero que es mucho más gratificante, pero tomé la decisión va ya para quince años y la verdad es que no me arrepiento.

Decía además que su profesión le ha permitido utilizar cosas en esta novela negra

Sí, lo que pasa es que yo siempre he pensado que lo bonito de la literatura es que, partiendo de las experiencias personales, esas experiencias se tienen que convertir en universales. Es decir, yo te tengo que contar a ti una historia que a ti te resuene, que a ti te parezca que es personal, y eso no es muy fácil porque a veces hay cosas de la realidad que simplemente no encajan en tu voz narrativa, en lo que estás contando, que no le llegan a los demás... Entonces lo bonito que tiene la literatura es eso, coger la experiencia personal, la anécdota y convertirlo en sentimiento universal. 

Por ejemplo, yo desde que tengo uso de razón siempre me ha interesado mucho la naturaleza del poder, qué es el poder, qué es la justicia, qué diferencia hay entre la justicia y la ley, y esta novela me permitía también, porque ya hace años que me marché y tengo una perspectiva más amplia, trasladárselo a la gente. Entonces, utilizas cosas, sentimientos, visiones, emociones que tú has vivido pero convirtiéndolas en literatura, no escribiendo un ensayo ni una crónica, sino contando una historia que pueda servir a los demás para identificarse.

Habla además de su intención de abordar la naturaleza del poder en esta novela, algo que hace de la mano de su protagonista, el inspector Julián Leal

Sí, lo que me interesa de Julián Leal es el hecho de que siendo un tipo que ha entregado toda su vida a la justicia, al sistema de la ley, a ser policía, ya no cree en el sistema, ya no cree que lo haga vale la pena. Y el otro componente que me importa mucho es el hecho de que se va a morir, que desde el principio sabemos que está condenado porque tiene un cáncer y sabes que se va a morir, y me interesaba mucho saber cómo se afronta la última etapa de la vida desde esa perspectiva, desde el desahuciado que sabe que ya no importa ni lo que ha pensado ni lo que creído ni lo que ha hecho porque su vida se acaba. De alguna manera, eso le permite ser un héroe también en el sentido de que como no tiene nada que perder, no hay nada que le puedan quitar, desaparece el miedo a las consecuencias y digamos que por una vez en su vida decide hacer algo que  valga la pena, un último acto que redima toda esa existencia en la que él ha acabado convirtiéndose en un funcionario. Entonces, antes de morir quiere hacer algo que justifique todos esos años de policía, y lo único que puede hacer es enfrentarse al poder.

Además de Leal, en su novela presenta a un personaje que juega un papel destacado y, de hecho, parece que seguirá presente en su obra, ¿se puede hablar ya de una saga policial?

Sí, sí, de hecho estoy ya escribiendo la segunda parte, porque este personaje del que no sabemos nada prácticamente, el hombre de los ojos oscuros, me interesa mucho por contrapunto a Julián, porque si Julián Leal es verdad que no es un héroe al uso, es una persona que está llena de contradicciones, de miedos, de dudas, en cambio este tipo representa todo lo contrario, representa toda esa frialdad, esa anomia de estar fuera de los sentimientos, fuera de las responsabilidades de sus actos, y me interesa mucho eso también. Me interesan mucho las categorías, saber si eso es posible, si puede existir el mal absoluto, si puede existir alguien que realmente no tenga capacidad de empatía, de simpatizar con las víctimas por decirlo de alguna manera. Quería explorar más en este personaje, quería crear una especie de Ripley para demostrar que eso tampoco es posible, es decir, igual que no creo en la bondad absoluta, no creo en los santos, tampoco creo en los monstruos, a no ser que sean unos enfermos, y  no es el caso. Aquí no estamos hablando de un psicópata, sino que estamos hablando de un mercenario, de un tipo que hace lo que hace por dinero. Quería explorar si es posible cambiar, si este personaje cambiar, si a base de encontrarse con el dolor de las víctimas, ese dolor puede acabar afectándole a él y humanizándolo. Es un campo que me apetece mucho explorar y estoy en ello, estoy en la segunda parte.

Se ha referido también a aportar y visión de lo que es la novela negra, ¿cómo es esa visión?

Es un equilibrio hermoso y bellísimo entre intensidad y ritmo, es decir, es un juego muy bonito donde tú le propones al lector una historia que le va a enganchar, que le va a provocar dudas, que le va a despertar la curiosidad, pero al mismo tiempo que le va a plantear reflexiones muy profundas sobre la propia experiencia. Cuando se habla del dolor, de la corrupción, debajo de todo lo que  escribo hay una pregunta y es tú qué harías, cómo te sentirías, cómo reaccionarías, qué piensas de esto, y ese juego me parece necesario, ese equilibrio me parece necesario para que la novela negra sea lo que siempre ha sido, que es una radiografía social que va mucho más allá del entretenimiento. Sí parte de esos códigos del thriller de engancharte, de que quieras saber más, pero al mismo tiempo, a través de la literatura, de la palabra, te está provocando un terremoto dentro, que esos son los libros que a mi me apasionan y los que me enamoraron de la literatura, los que me sacuden por dentro. Si un libro, cuando lo acabas y cierras pasas al siguiente sin pausa, significa que no te ha llegado.

En este sentido, ¿qué pretende transmitir con 'Nadie en esta tierra'?

Lo que intento transmitir al final es que más allá de todos los discursos que podamos hacernos, más allá de todo lo que queramos ser, muchas veces buscamos el coraje y el valor fuera cuando en realidad siempre lo hemos tenido dentro. Yque si es verdad eso que se dice, que en las peores circunstancias sacamos lo peor de nosotros mismos, yo también creo lo contrario, que en las peores circunstancias somos capaces de sacar lo mejor de nosotros mismos, lo que pasa es que no lo sabemos, no tenemos esa fuerza. Ese es un poco el trasfondo de lo que quiero hacer, que no importa lo poderoso que sea el poder, no importan las circunstancias por duras que sean, mientras tengamos un propósito, mientras tengamos un poco de humanidad, podemos encontrar dentro un coraje que ni siquiera sabíamos que teníamos. Es lo que le pasa un poco a los personajes de esta novela.