Vender lejos para amortiguar los vaivenes del mercado local

Á. de la Paz
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La patronal toledana cita «la mejora en la competitividad de las empresas, la diversificación de la oferta exportadora y el apoyo institucional» como razones del despegue experimentado

Vender lejos para amortiguar los vaivenes del mercado local - Foto: Víctor Ballesteros

Los buenos datos de ventas hacia terceros países impulsan el optimismo del tejido productivo de la provincia. La vocación exterior, renovada o descubierta, de centenares de empresas toledanas propicia unos datos de facturación que se traducen en más músculo para las compañías y más puestos de trabajo creados. «La exportación supone una oportunidad para las empresas porque les permite diversificar tanto su mercado como el riesgo asumido: llegan a clientes de todo el mundo y aumentan sus ingresos», explican desde la Federación Empresarial Toledo (Fedeto).

La salida creciente de productos hacia el extranjero ha posibilitado nuevas fuentes de recursos económicos. La provincia se ha incorporado a las dinámicas expansivas del comercio exterior y sus exportaciones han crecido cada año sin interrupción. Incluso en 2020, un ejercicio pandémico marcado por las concatenación de severas restricciones a la movilidad, se sumaron más ventas que en el curso anterior. «Exportar permite a las empresas reducir su dependencia del mercado nacional y minimizar los daños en caso de una disminución de la demanda local», recuerdan desde la patronal toledana.

«Entre las razones que pueden explicar el aumento de las exportaciones en los últimos años se encuentran la mejora en la competitividad de las empresas, la diversificación de la oferta exportadora o el apoyo institucional», enumeran en Fedeto. La conjunción descrita por el empresariado de la provincia ha generado un ambiente propicio: las compañías que operan en el extranjero lo hacen con unos estándares más rígidos, lo que facilita su especialización en aquellos productos en los que encuentra mayor eficiencia; al mismo tiempo, la administración pública (especialmente, la comunidad autónoma) y las organizaciones empresariales proporcionan las herramientas y el apoyo necesario para emprender la aventura exportadora o ensanchar los límites de un camino ya iniciado.

Aquellas sociedades que pretenden competir allende las fronteras españolas requieren de un ejercicio de autodisciplina que les haga más potentes. «El hecho de estar presentes en mercados internacionales mejora la competitividad de las empresas, ya que tienen que diferenciar sus productos y servicios de los de la competencia». En el caso de la provincia de Toledo, su tejido productivo incluye mayoritariamente a empresas de pequeño tamaño, una gran parte de ellas microempresas (compañías con menos de diez empleados). La apuesta exterior «puede ayudar a las pymes a mejorar su calidad y reducir sus costes, lo que les permite competir más eficazmente en el mercado local».

HORIZONTE IMPRECISO. El escenario macroeconómico preocupa en la provincia. Las subidas encadenadas de tipos de interés, concebidas como la respuesta de los bancos centrales a la espiral inflacionaria, limitan las posibilidades de financiación de las empresas de menor tamaño. La incertidumbre sobre la guerra en Ucrania, las perspectivas de retraimiento del consumo de las familias por el alza de los precios e incluso la sequía (con un previsible efecto distorsionador en los precios de la agricultura y la ganadería) amenazan a las empresas de la provincia. Los datos exportadores señalan al sector de alimentos y bebidas como el más importante según el volumen de facturación. Aproximadamente, uno de cada tres euros vendidos al extranjero (31,9%) salen de este grupo de mercancías. «Es difícil predecir la tendencia que seguirá el sector exterior en los próximos años dada la situación de inestabilidad que estamos viviendo: dependerá de la evolución de la inflación, la estabilidad política y económica o el impacto de las tensiones comerciales», aseguran en Fedeto.

UNAS 1.400 EMPRESAS EXPORTADORAS. La Cámara de Comercio alude al contexto de «globalización» como la palanca desde la que «buscar nuevos mercados». La institución explica cómo «la internacionalización se ha convertido en una necesidad para las empresas y su crecimiento», y remarcan que «adaptarse a un mercado global obliga a las empresas a ser más resistentes a los ciclos económicos y menos vulnerables a las crisis, también a mejorar su eficiencia en costes».

El organismo señala a la «irrupción de las nuevas tecnologías e Internet» como puertas de entrada de las empresas provinciales al resto del mundo. Entre los beneficios de vender más allá de las fronteras nacionales, destacan la «diversificación económica, un aumento en la facturación y un incremento del ciclo de vida del producto o servicio, además de reforzar el posicionamiento internacional y su integración en las economías de escala».