El vínculo de José Hierro con Talavera se fraguó durante años a través de los poetas Rafael Morales y Joaquín Benito de Lucas y de su presencia como jurado en los premios de poesía que convoca el Ayuntamiento de Talavera. Del puente que el premio Cervantes y premio Príncipe de Asturias de las Letras tendió con Talavera da buena muestra el hecho de que fuera la ciudad que escogió para exponer por primera vez sus dibujos. La exposición que hasta el día 30 se puede visitar en la Biblioteca Municipal José Hierro recoge algunos de esos dibujos que el poeta pintaba a vuelapluma en cualquier ocasión y de los que se iba desprendiendo en forma de generosos recuerdos. 

A iniciativa de un grupo de periodistas, se han recopilado un conjunto de esas obras en la exposición 'Los dibujos y los versos: José Hierro', organizada dentro de los actos conmemorativos del 20 aniversario de la apertura de la biblioteca a la que da nombre, convertida en un espacio imprescindible de la cultura en Talavera. Coincide además con el cierre del año en el que se han cumplido cien años de su nacimiento, una efemérides que ha servido para recordarle.

«En todos los lugares en los que ha estado ha dejado muestras de su 'obra pictórica' en conmemorativas servilletas de los actos a los que asistía (premios, homenajes, presentaciones de libros propios y ajenos, etc) y en dedicatorias de sus propios libros en los que siempre dibuja algún motivo floral, marino, urbano, taurino...», relataba el poeta talaverano Joaquín Benito de Lucas en su libro 'José Hierro (Semblanzas)',  un repaso por la vida y la obra del autor.

Los puentes de José Hierro con TalaveraEl dibujo era para Hierro instintivo y lo saben bien quienes tuvieron la oportunidad de verle hacer trazos con cualquier útil de escritura, que luego revestía con el último aliento de una copa de vino o con el pocillo del café. Como se recuerda la periodista Lidia Yanel en la exposición que estos días puede verse en la Biblioteca: «No es la primera vez que se exponen dibujos de Hierro en Talavera: en diciembre de 1996 la Galería Cerdán mostró, durante una semana, 31 obras pictóricas del poeta, muchas autorretratos y paisajes». 

En efecto, José Hierro reconoció en la inauguración de aquella exposición que pintaba desde siempre, y que incluso un amigo tenía una obra suya de 1936. «Si me dices ahora que haga un poema, soy incapaz; a lo mejor tardo años. Pero si me dices que haga un dibujo, es como una diversión, algo que necesito por lo que tiene de cordial», afirmaba en aquel momento. 

En servilletas. La muestra reúne dos retratos femeninos, de la Colección de Manolo Cerdán, datados en 1999 y 2001. Están dibujados sobre servilletas y el autor se los dedicó a la cofradía gastronómica 'Arte y Mesa', que se reunía en torno a la Galería Cerdán. En el dibujo de 1999 escribió «Con el recuerdo de un hermoso día talaverano de amistad y poesía», con la firma de varios poetas presentes en la comida, entre ellos Rafael Morales, Angel García López y Joaquín Benito de Lucas y su esposa, Francoise Ducos.

El dibujo sobre servilleta del 6 de octubre de 2001 lo tituló 'El gran cocido' y lo realizó durante una comida con otros miembros de los jurados de los Premios de Poesía Rafael Morales y Joaquín Benito de Lucas. Está firmada por los poetas Ángel García López, Antonio Hernández, Joaquín Benito de Lucas, Miguel Ángel Curiel y por otros comensales como el periodista Gustavo Adolfo Muñoz, Manolo Cerdán y Sara Tornero. 

Un paisaje con barco pintado en el reverso de un menú y perteneciente a la colección de Agustín Yanel, un bodegón, de Fernando Lucas y los barcos de Enrique del Valle son otras de las obras que se han reunido, una de ellas realizada durante la estancia de Hierro en Talavera con motivo del homenaje que se organizó al poeta Rafael Morales.

En la exposición se reúnen además cuatro dibujos  pertenecientes a otros tantos periodistas talaveranos que Hierro pintó en 1999. En marzo de ese año había sido distinguido con el premio 'Laurel' que concedía la prensa talaverana, a través de la Agrupación de Informadores de Talavera  (AIT). El poeta no pudo acudir a recogerlo hasta el 18 de junio y en una comida entre periodistas y con el también poeta Joaquín Benito de Lucas dijo: «Vengo a Talavera porque me da la  gana, porque he venido con Joaquín durante mucho tiempo y porque me  encuentro a gusto y entre amigos».

Entre bromas, Hierro comentó aquel día que no podía dejar de acercarse a Talavera, por ser la única ciudad que le había dedicado un puente, el icónico Puente de Hierro. Un lazo más que le ligaba a la ciudad que años después pondría el nombre de Hierro a su Biblioteca.