Una nueva familia de instrumentos en las bandas de Música

Roberto Sánchez Pérez
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Los antecedentes de las bandas de músicas militares serían las músicas de la Infantería sajonas, basadas en un sexteto formado por un par de oboes, oboes tenor y fagotes

En los fondos del museo del Ejército podemos encontrar conjuntos miniaturisticos de formaciones musicales de diferentes épocas. - Foto: @museo del ejército

En los fondos del museo del Ejército podemos encontrar conjuntos miniaturisticos de formaciones musicales de diferentes épocas, siendo estas obras de un gran valor no solo histórico sino documental. Nuestro detalle musical de hoy lo centramos en los instrumentos de nueva incorporación a dichas agrupaciones, para ello nos tenemos que remontar a los antecedentes de las actuales bandas de música, la Harmoniemusik, pequeños 'ensembles' formados por sextetos u octetos de diferentes combinaciones instrumentales. Los antecedentes de las bandas de músicas militares serían las músicas de la Infantería sajonas, basadas en un sexteto formado por un par de oboes, oboes tenor y fagotes. Pero en estas bandas en miniatura lo que apreciamos es la introducción de instrumentos que hasta el momento no se habían utilizado y que cambian por completo la forma de entender la formación bandística actual.

Con el estallido de la Revolución Francesa hubo un cambio sin precedentes respecto a la concepción de los conjuntos de viento, se modificó tanto el número de integrantes como la organología de los mismos. En 1789 se creó la Musique de la Garde National de París compuesta por 45 instrumentistas, aumentando a 60 en 1790. En 1793 se creó igualmente el Institut National de Música, que dio lugar en 1795 al nacimiento del Conservatorio de París. En estos años las músicas pasaron del sexteto y el octeto a estar compuestas hasta por 14 instrumentos. Estas entidades se componían de flautín, clarinetes, oboes, trompas, fagotes, caja, platillos y triángulo. Pero sería con la llegada al poder de Napoleón Bonaparte cuando encontramos conjuntos que oscilaban entre 22 y 45 componentes y en ese momento los ejércitos centroeuropeos transformarían sus Harmoniemusiks,  por nuevas músicas conocidas como harmonies militaires o Militärharmoniemusik.

En este largo proceso de transformación destacan 3 factores. En primer lugar la influencia franco-prusiana que amplió su campo de actuación tanto artístico como organizativo. El segundo fueron las aplicaciones de la percusión turca,  que fueron implantadas en la mayoría de las músicas militares. Y el tercer factor fue el de las innovaciones técnicas obtenidas en los instrumentos musicales, diferenciándose a su vez dos etapas. La primera etapa que se inició en el siglo XVIII y llegó hasta la década de 1820, coincidiendo con la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas. La segunda etapa que se inició hacia 1820-1825 coincidiendo con el reinado de Isabel II en España donde desde 1840 se produciría un  verdadero cambio en las músicas militares llegando a dotarse a cada regimiento de su propia unidad de música. Y todo ello gracias al extraordinario desarrollo de los instrumentos de viento y la aparición de las innovaciones del Belga Adolf Sax, protagonista principal de nuestro detalle musical de hoy.

Sax llegó a París en 1842 donde abrió una fábrica de instrumentos musicales, desde los años 30 Francia estaba diseñando la reforma de las músicas militares tanto de la Infantería como de la Caballería. Así en 1845 una comisión de expertos analizó los modelos presentados para la elección definitiva de sus formaciones bandísticas. Por un lado la organología propuesta por Michale Carafa, director de la Gymnase Musical Militaire de París, que presentó una instrumentación del tipo tradicional basada en el espíritu de la Harmoniemusik formada por clarinetes, fagotes, oboes, trompas, cornetas y percusión. Frente a él Sax, con su nueva organología basada en instrumentos de viento-metal, con las familias de los saxhorns y los saxofones combinados con clarinetes, requintos y percusión que fue el proyecto triunfador.

Es la primera vez que un constructor de instrumentos se interesa no solo por un único instrumento, sino por una familia entera de ellos. Los saxofones aportan un timbre absolutamente nuevo, con una nueva forma llamada de cono parabólico y fabricado con materiales como el cobre, y no en madera. En lo que respecta a nuestro país la profunda reforma en las bandas de música militares también llegó, afectando tanto a los batallones de la Infantería ligera como a los regimientos de Infantería y así empezaríamos a contar entre nuestras filas con una nueva familia de instrumentos de viento-madera, la familia de los Saxofones.

In memóriam Darío de Pablo González.