Sonrisas por una buena causa

Mario Gómez / TOLEDO
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De Mora, Del Pilar y Téllez abandonaron la Plaza de Toros de Toledo en hombros tras repartirse siete orejas de un buen encierro de Alcurrucén. La plaza alcanzó casi los tres cuartos de entrada, sin duda otro de los triunfos de la iniciativa benefica

Eugenio volvió a abrir temporada en Toledo. En su toledo y por motivo benéfico. Casi tres décadas desde que se doctorase en esta misma plaza y volvió para sortear un abreplaza que siguió con dulzura la muleta, mejor por el derecho que por el izquierdo. Faena esforzada ante un animal a medio gas con la que Eugenio se reencontró con el triunfo en forma de trofeo, ante un astado en el que Roque de Vega se había desmonterado tras parearlo.

Ante el cuarto tuvo Eugenio que tirar de oficio para labrar faena a un animal con mucho cuajo que no terminó de romper. La capacidad del moracho fue clave para lograr ver recompensado un trasteo que le valió una nueva oreja.

Poco eco en el tendido tuvo la voluntad de Gómez del Pilar de irse a portagayola. Salió frenado y la libró, luego un tanto abanto y Noé hubo de corretear tras de él. El quite por tafalleras no le sentó bien. Se dañó y el esfuerzo de Gómez del Pilar no tuvo la repercusión ni la recompensa merecida. Tiró de suavidad y abrochó toreando a pies juntos antes de pasaportarlo de una gran estocada que puso en su mano un trofeo.

La terna se repartió siete orejas.La terna se repartió siete orejas. - Foto: M.G.G.Quiso hacérselo muy despacio Noé todo al quinto. El de Cedillo buscó un comienzo con mucho gusto al doblarse por bajo y cuando se puso erguido el animal se afligió y siguió las telas con menos intención. Faena entregada que denotó el gran momento que atraviesa el matador y que contó con pasajes en los que el público entró de lleno. Primero le dio distancia y luego en la cercanía. Se pegó un arrimón de órdago a las puertas de Madrid. En lo kilométrico y en lo que marca el calendario. Inconmensurable. Noé entramó una faena de importante en la tarde de su presentación en Toledo que tuvo tanto calado que le valió pasear un trofeo, que pudieron ser dos si la suerte suprema no se hubiera demorado.

Una buena media abrochó el saludo de Téllez en Toledo. Se hizo a sí mismo el quite cuando perdió pie al colocarlo al caballo, y libró un serio posible percance. Las chicuelinas del quite fueron ceñidas, y la faena fue a más a medida que se centró el burel. Un pase de pecho a la hombrera contraria puso de acuerdo al respetable y le metió definitivamente en la faena. Las manoletinas finales estuvieron cargadas de arrebato y una vez más el pase de pecho fue de mucho gusto. La estocada fue de ley y cortó dos orejas.

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El sexto era un tren. Por largo, por ancho y por romana 620kg. Marcial Rodríguez se lo dejó venir al caballo y lo cogió sensacional. Quizá el puyazo de la temporada en Toledo, y solo llevamos 6 toros. Ovación de justicia. Entre tanto, Téllez quiso quitar por tafalleras y en la primera dio con el cuerpo en el suelo. Golpe seco y segundo milagro al quitarse el toro a sí mismo. Todo el brío que mostró de inicio se transformó en sosería y violencia ante lo que Téllez no pudo más que mostrarse muy firme intentando limpiar los muletazos y mantener el trazo. Una gran estocada abrochó la tarde y le valió para pasear un trofeo más.