"Sin el cine, no sé si habría podido seguir en la música"

Magdalena Tsanis (EFE)
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ENTREVISTA. Los 11 premios Goya que el compositor Alberto Iglesias luce en las estanterías de su salón avalan una vida dedicada a las bandas sonoras y que ahora amplía con la publicación de dos cuidadísimos discos

"Sin el cine, no sé si habría podido seguir en la música" - Foto: Cristina Hortigüela

Referente mundial en la música de cine, ganador de 11 premios Goya y cuatro veces nominado al Oscar, Alberto Iglesias publicó hace unos días un doble trabajo discográfico, Phantom Songs y Asalto al castillo, en el que vuelca su paleta musical más heterodoxa y evocadora y su amor por la poesía.

«Sin el cine no sé si habría podido seguir en la música», asevera en  esta entrevista en la que anuncia que volverá a trabajar con Pedro Almodóvar en su próxima película, que tiene previsto rodar en Nueva York, y de la que ya ha podido leer el guion. «Creo que necesita mucho hacer la película, le veo muy inspirado», señala sobre el proyecto.

Phantom songs y Asalto al castillo, editados conjuntamente por Quartet Records, son sus primeros álbumes en solitario desde Cautiva (1992). El primero cuenta con la colaboración del contratenor Carlos Mena, el pianista Juan Pérez Floristán y la London Orchestra, y el segundo con la Flemish Radio Orchestra, el cellista Marin Cazazu, la mezzospranos Iris Oja y el Theatre of Voices.

¿Por qué ha tardado tanto en publicar un disco propio?

He trabajado mucho en el cine y he ido escribiendo música, pero no había encontrado una oportunidad como la que me está dando Quartet Records para publicarlo con este cuidado en la grabación, la mezcla y la edición.

Aunque son dos álbumes distintos, la poesía está presente en ambos: John Ashbery, René Char, Pasolini o Beckett. ¿Son los versos el hilo conductor de ambos?

Son dos obras que se complementan y que tienen como vínculo la voz y la poesía, hay un amor por la voz y por la palabra cantada.

Que la música tenga esa gran fuerza narrativa, ¿es por influencia del cine? ¿Compone con imágenes en la cabeza?

Estoy muy influenciado por el cine y por la narración y los poemas son narrativos. A veces las imágenes son muy claras, por ejemplo en el último poema de Phantom songs, el título lo dice todo El poema que ocupó el lugar de una montaña (Wallace Stevens), es una metáfora de la dificultad de encontrar algo hasta que llegas a la cima y tienes una visión.

Phantom songs está compuesto por cuatro canciones y cuatro «antífonas». ¿Hay una influencia religiosa en ese disco?

La antífona es una estructura de pregunta/respuesta que viene del medievo, del Cantus Firmus, las liturgias cantadas. La mía no es tan religiosa, pero un coro de cámara siempre tiene una resonancia ritual, espiritual, de un lugar de fantasmas.

¿Qué significan esos fantasmas para usted?

Yo no veo solo fantasmas muertos, sino también vivos, es una existencia fantasmal en la que no encontramos las palabras que nos ayudan o que nos comunican con los demás. Estos fantasmas tejen esas polifonías con palabras desmembradas.

A veces me he imaginado también que es una resonancia de las voces que todos tenemos dentro de la cabeza. Y de ahí surgen los poetas, que son los clarividentes, los que saben decir y llevan el lenguaje al sitio más extraordinario.

Su música exige ser escuchada con una calma difícil de encontrar, ¿lo siente así?

El mundo nos contagia una desatención continua, saltando de una cosa a la otra y eso crea una decepción. Es una atadura que sin querer nos estamos poniendo, hay pocos elementos que nos induzcan a la concentración, pero también hay una diversión en esa concentración. La música siempre mueve células del cuerpo, aunque no sea bailable y en ese movimiento encontramos mucho placer.

Al igual que Cautiva encontró su vía escénica a través de la Compañía Nacional de Danza (CND). ¿Imagina la puesta en escena de estas obras?

Creo que estas piezas se pueden proponer, bien para la danza o para un teatro cantado. Me parecería una experiencia muy grande, lo que me pasó con Cautiva en su momento con la CND y Nacho Duato me abrió al mundo de la danza y me cambió la percepción de mi propia música.

¿Cuáles han sido sus influencias musicales?

He tenido muchas y muy desordenadas, escribo bastante desordenadamente. He aprendido muchísimo de Stravinsky, Schönberg, Messiaen, Ligeti. Me he dejado llevar también por la música popular, muchas veces sin saber qué escuchaba. Soy un estudiante continuo, siempre estoy abriendo partituras.

¿Dónde cree que estaría si no fuera por el cine?

No sé si habría seguido en la música, si habría podido seguir. Si no, habría tratado de buscar algún otro camino expresivo, que me supusiera preguntarme cosas sobre lo que me rodea, quizá escribir, algo cerca del arte.

¿Cuál es su próximo proyecto para el séptimo arte?

Voy a hacer la próxima de Almodóvar, me ha vuelto a invitar a su película, pero tengo que esperar, en medio hay probablemente otro proyecto. Ahora estoy escribiendo música no cinematográfica y espero que me sirva para cuando me enfrente otra vez a una película, que me parece algo mucho más difícil de hacer.

¿Ha leído el guion de Almodóvar? ¿Qué le parece?

Me ha gustado mucho, es intenso,  fuerte. No puedo contar nada, pero puedo decir que mi sensación es de plenitud, creo que él necesita mucho hacer la, le veo inspirado.